Cada vez aumenta más la comprensión de los vínculos entre los fármacos antirretrovirales y la diabetes. Los datos previos implicaban particularmente a los inhibidores de la proteasa (IP). Ahora, un estudio suizo, publicado en la edición del 1 de julio del Clinical Infectious Diseases, ha descubierto que otros fármacos del VIH, empleados a menudo en entornos con pocos recursos, podrían aumentar también el riesgo en poblaciones que ya poseen un riesgo de diabetes.
Bruno Ledergerber, del Hospital Universitario de Zurich (Suiza), y un equipo de colegas examinaron datos del Estudio Suizo de Cohorte del SIDA para clarificar las relaciones con los tratamientos y también con la coinfección por hepatitis B o C (VHB y VHC, respectivamente). Se incluyeron todos los participantes de la Cohorte Suiza si no tenían ya diabetes y si habían realizado al menos dos visitas y tenían un año de seguimiento desde el 1 de marzo de 2000. El diagnóstico de diabetes fue realizado según el criterio del Comité Experto en el Diagnóstico y Clasificación de Diabetes Mellitus y confirmado mediante muestras de glucosa en sangre.
Para julio de 2006, 123 de 6.513 participantes habían experimentado diabetes mellitus durante un periodo de seguimiento de 27.798 persona-años, lo que arroja una incidencia de 4,4 casos por 1.000 persona-años de seguimiento. Al aplicar modelos multivariables, se observó que ser de sexo masculino, de etnia africana o asiática, tener un diagnóstico de SIDA y tener obesidad central constituyeron sólidos factores de predicción de diabetes. La obesidad debería suponer un objetivo principal en la prevención de la diabetes, ya que constituye un factor de riesgo modificable, afirman los autores. Hay que señalar que ningún marcador de infección por VHB o VHC estuvo relacionado con un mayor riesgo de diabetes, aunque el equipo reconoce que el tamaño del estudio podría haber sido demasiado pequeño como para revelar la existencia de un riesgo ligeramente mayor.
Es importante señalar que el actual tratamiento con un régimen antirretroviral que contenga inhibidores de la transcriptasa inversa análogos de nucleósido (ITIN) e IP, o ITIN más IP e ITINN (inhibidores de la transcriptasa inversa no análogos de nucleósido) estuvo relacionado sólidamente con la diabetes, con unos índices de tasa de incidencia similares a otros factores de predicción. El tratamiento con ITIN más ITINN no estuvo relacionado con la aparición de diabetes ni tampoco aumenta el riesgo la exposición acumulada a antirretrovirales. En un análisis aparte, los tratamientos actuales que se relacionaron con el mayor riesgo de diabetes fueron indinavir, lamivudina-estavudina, didanosina-estavudina y didanosina-tenofovir.
La incidencia de diabetes en este estudio es prácticamente comparable con la encontrada en estudios entre población general en Europa. Sin embargo, en EE UU se han encontrado estimaciones mucho más altas en poblaciones con VIH. Por ejemplo, el Estudio Multicéntrico de Cohorte del SIDA (MACS, en sus siglas en inglés) descubrió 47 casos de diabetes por 1.000 persona-años de seguimiento en personas que tomaban combinaciones antirretrovirales, frente a 17 casos en personas con VIH que no tomaban tratamiento y 14 casos entre la población sin VIH. Los autores proponen tres factores para explicar esta diferencia: el diagnóstico de diabetes y la mayor edad y mucho mayor índice de masa corporal hallada en el estudio MACS.
Los hallazgos referentes a los fármacos antirretrovirales confirman los estudios realizados hasta ahora y dan peso a los pocos estudios que relacionan los ITIN con anomalías en el metabolismo de la glucosa. Los mecanismos pueden diferir, afectando los IP al transporte de la glucosa y los ITIN, a la función mitocondrial. “Debido a esta relación con otras alteraciones metabólicas, en los países desarrollados se evitan en lo posible los regímenes que contienen estavudina y didanosina, pero forman parte de los regímenes de primera línea en áreas de recursos limitados”, señalan los autores. Junto con el elevado riesgo de diabetes relacionado con el origen asiático y africano, “esto puede tener un impacto importante sobre la tolerabilidad a largo plazo del tratamiento anti-VIH en las regiones más afectadas”, concluyen.
Referencia: Ledergerber B et al. Factors Associated with the Incidence of Type 2 Diabetes Mellitus in HIV-Infected Participants in the Swiss HIV Cohort Study. Clin Infect Dis 45: 111 – 119, 2007.
Traducción: Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt).
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