La ganancia de peso tras el inicio de la terapia anti-VIH es un factor de predicción de supervivencia

El aumento de peso en los seis meses siguientes al comienzo del tratamiento antirretroviral mejoró la supervivencia y los resultados clínicos -sobre todo en los casos más graves de desnutrición- en instalaciones locales de distritos de Lusaka (Zambia), según informa John R. Koethe y un equipo de colaboradores en un estudio publicado en la edición digital del 1 de abril de Journal of Acquired Immune Deficiency Syndromes.

Carole Leach-Lemens

El suministro de la terapia antirretroviral en el África subsahariana desde 2003 ha mejorado considerablemente la vida de muchas personas. Sin embargo, resulta difícil atender la malnutrición en las zonas donde es habitual que coincidan una elevada prevalencia del VIH y la escasez de alimentos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) clasifica la desnutrición según el índice de masa corporal (IMC). El cálculo del IMC se realiza dividiendo el peso en kilogramos entre la altura (en metros) al cuadrado. La desnutrición se calificó, en función del IMC, como leve (IMC: 17,00 – 18,49 kg/m2), moderada (IMC: 16,00 – 16,99 kg/m2) y grave (IMC <16,00 kg/m2).

Los autores citan los análisis de los resultados de los pacientes de Zambia, Malaui y Tanzania, que evidenciaron que presentar un IMC bajo (desnutrición) al inicio del tratamiento constituyó un factor de predicción independiente de una muerte prematura.

No obstante, se sabe poco acerca del efecto de una mejor nutrición sobre los resultados clínicos. Los investigadores señalan que se trata de una laguna importante en la literatura médica, ya que el conocer los beneficios del aumento temprano de peso sobre los resultados clínicos "serviría como base teórica de los programas de prescripción de alimentos y suplementos alimenticios en entornos con recursos limitados".

De los 46.159 pacientes que comenzaron la terapia antirretroviral en las clínicas de distrito en Lusaka entre el 1 mayo de 2004 y el 30 abril de 2008 se analizaron los datos de 27.915 (el 68%), atendiendo al estado de malnutrición según el nivel de IMC: malnutrición leve (IMC >18,5 kg/m2), moderada (IMC: 17,00 – 18,49 kg/m2), grave (IMC: 16,00 – 16,99 kg/m2) y extremadamente grave (IMC <16,0 kg/m2).

Los criterios de inclusión fueron: disponer de una medida del IMC basal, haber permanecido activo en el programa durante seis meses y contar con una medida de peso documentada a lo largo de seis meses.

Las tasas de mortalidad en los primeros 90 días fueron más altas entre las personas más gravemente desnutridas (80 por cada 100 persona-años; intervalo de confianza del 95% [IC95%]: 74 – 86). Tras ese punto, no se registró una diferencia real entre los grupos. Esto llevó a los autores a hacer otros análisis sobre la base de los valores iniciales del IMC.

Sin embargo, una mayor proporción de los pacientes que presentaban un grado más alto de desnutrición (39,2%) ganaron la mayor cantidad de peso (más de 10 kilogramos) y también fueron los menos propensos a no aumentar de peso durante el período de seis meses.

Los participantes que tenían un nivel leve de desnutrición fueron los que, proporcionalmente, ganaron menos peso.

La falta de aumento de peso seis meses después del inicio del tratamiento anti-VIH multiplicó por 10 la probabilidad de que se produjera un fallecimiento, en comparación con las personas cuyo peso se había incrementado en más de diez kilogramos.

En todas las categorías, una ganancia de peso de al menos cinco kilogramos supuso unos resultados mejores que cuando no se dio ningún aumento.

Los autores indicaron que la mortalidad se relacionó más con la pérdida de masa corporal magra que con la pérdida de peso.

Añadieron también que su estudio no examinó los cambios de composición corporal, pero indican que, probablemente, el incremento de peso incluyera un aumento de la grasa.

Apuntan la necesidad de realizar más estudios que analicen la composición de la ganancia de peso tras el comienzo de la terapia antirretroviral para comprender mejor el vínculo entre la supervivencia y los resultados del tratamiento.

El equipo de investigadores explica que el estudio no tenía como objetivo comprobar si la mejora del suministro de alimentos y el aumento de peso resultante desempeñaban un papel en la supervivencia de los pacientes con malnutrición grave, o si el aumento de peso después del inicio del tratamiento constituye un marcador de la respuesta clínica que se produce con independencia de la ingestión de alimentos.

De todos modos, señalan que sus resultados respaldan a los programas que proporcionan suplementos alimenticios a los pacientes desnutridos que siguen un tratamiento anti-VIH.

Pese a todo, concluyen: "Dadas las costosas barreras logísticas y las solapadas implicaciones para la política sanitaria y el desarrollo económico, sería necesario llevar a cabo más estudios de gran tamaño con control para examinar el efecto de la alimentación complementaria sobre el inicio de la terapia antirretroviral, con el objetivo de mejorar el éxito del programa en los entornos con recursos limitados".

Referencia: Koether JR, et al. Association between weight gain and clinical outcomes among malnourished adults initiating antiretroviral therapy in Lusaka, Zambia. J Acquir Immune Defic Syndr. 2010; 53: 507-513.

Traducción: Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt).

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