El pasado miércoles, en la Plaza Roja de Moscú, un grupo de activistas vestidas de enfermeras sujetaban con correas a un hombre disfrazado de oso. Las enfermeras se asemejaban a la ministra de sanidad rusa, Tatyana Golikova, mientras que el oso representaba la necesidad de interrumpir la destrucción del suministro de antirretrovirales.
“El objetivo era simbolizar la farsa que está teniendo lugar dentro del Ministerio de Sanidad y Desarrollo Social”, afirmó la organizadora, Alexandra Volgina.
Ayer, un grupo de activistas con los mismos disfraces se encadenaron a las verjas del edificio del Ministerio de Sanidad en Moscú. En ambas ocasiones fueron arrestados y, posteriormente, puestos en libertad.
A lo largo de los últimos cuatro años, se han producido agotamientos de las existencias de tratamientos antirretrovirales. Según un sitio web en ruso que hace el seguimiento de este tema (www.pereboi.ru), se han registrado desabastecimientos de fármacos este verano en Moscú, San Petersburgo, Tula, Ulianovsk, Samara, Arjanguelsk, Vladimir, Kaliningrado y Sarátov, entre otras zonas. También se ha detectado ausencia de suministros en prisiones de todas las regiones.
Los activistas alegan que las autoridades han demostrado que no quieren o no pueden establecer un suministro oportuno de fármacos esenciales de los que dependen vidas. “Las personas que vivimos con VIH estamos cansadas de un trato inhumano por parte de las autoridades”, dijo Alexandra Volgina. “No permaneceremos rehenes de la incompetencia o negligencia de los funcionarios, ¡tenemos derecho a vivir!”, continuó.
En respuesta a las protestas, el Ministerio de Sanidad hizo público un comunicado de prensa negando que existieran desabastecimientos que impidieran que los pacientes iniciaran o continuaran con el tratamiento.
Por su parte, los activistas afirman que las autoridades mienten.
Además, a raíz de un caso judicial emprendido en la ciudad norteña de Arjanguelsk por parte de una persona incapaz de acceder al tratamiento, la principal clínica del VIH de la ciudad confirmó el miércoles que existían desabastecimientos. Yelena Popova proporcionó pruebas detalladas de las solicitudes y peticiones de antirretrovirales que su hospital había realizado al Ministerio de Sanidad y Desarrollo Social federal, pero que habían sido desatendidas.
Los activistas solicitan al Gobierno que transfiera el manejo del suministro de los antirretrovirales del Ministerio de Sanidad a otra organización más competente, incluso al Ministerio de Situaciones de Emergencia. Asimismo, indican que la provisión de fármacos debería basarse en la valoración científica del número de personas que necesitan tratamiento, que los precios deberían renegociarse de forma periódica y que se tendría que crear un fondo de reserva para prevenir el agotamiento de las existencias.
Las protestas fueron organizadas por una coalición de personas, activistas y organizaciones de la sociedad civil de todo el país.
Estas personas aseguran que los pacientes con VIH se enfrentan a un dilema: morir silenciosamente en casa o bien atraer la atención de los medios de comunicación y el Gobierno.
Traducción: Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt).
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