La capacidad de infección es máxima durante los primeros meses de infección por VIH y los comportamientos de serosorting por parte de personas con infección aguda por VIH, realmente podrían estar contribuyendo a la propagación del VIH, concluye el grupo de investigadores.
Un estudio reciente descubrió que aproximadamente la mitad de toda las infecciones por VIH se deben a la transmisión del virus por parte de personas sin diagnosticar recientemente infectadas y estudios realizados en Australia y en Estados Unidos sugieren que los hombres gay que creen que no tienen el VIH practican sexo sin protección con parejas que, del mismo modo, se han revelado a sí mismas como no infectadas por VIH
También existe evidencia anecdótica de sitios web de citas gay que muestran que cada vez más hombres declaran estar "limpios de VIH y ETS" e insisten en que sus parejas tengan el mismo estado percibido respecto a la infección. Los resultados del último estudio sugieren que en lugar de proteger su salud, inconscientemente podrían estar arriesgando tanto su salud como la de otros hombres.
El uso continuo y correcto de condones constituye un método eficaz de prevención del VIH, pero varios estudios han revelado que algunas personas seleccionan sus parejas sexuales en función de su estado declarado al VIH bien para minimizar el riesgo de infección por VIH o, si tienen el virus, el riesgo de que la transmisión del VIH se expanda.
Si no se emplean condones en el sexo con penetración, es esencial que el estado al VIH declarado sea correcto. Sin embargo, algunas personas que afirman que no tienen VIH (incluso aunque se hayan realizado de una prueba del VIH) podrían haber sido infectadas recientemente por el virus.
Dado que la eficacia del serosorting depende de que los datos revelados sean precisos, el equipo de investigadores modeló los riesgos de transmisión del VIH para aquellas personas que revelan que son "negativas al VIH" y realmente son "positivas al VIH".
El modelo para personas "negativas al VIH" tuvo en cuenta los riesgos de transmisión implicados en diferentes etapas de infección por VIH. No constituyó ninguna sorpresa que el cálculo, realizado por los investigadores, del riesgo de transmisión por 10.000 personas que realmente no tenían el VIH fuese cero. En el caso de personas que creían que eran "negativas al VIH", pero tenían infección por VIH crónica asintomática, se calculó que el riesgo de transmisión fue de 7 por 10.000. Este riesgo aumento en el caso de las personas que creían que no tenían VIH, pero se encontraban en una fase avanzada de infección por VIH, llegando a 36 por 10.000. El mayor riesgo de transmisión de todos se produjo en el caso de personas "negativas al VIH" con infección aguda por VIH, que tuvieron un riesgo de transmisión del 82 por 10.000.
A continuación, el grupo de investigadores modeló el riesgo de transmisión del VIH de personas que sabían que tenían el virus y revelaron su estado serológico. El calculó mostró que las personas asintomáticas que no tomaban tratamiento antirretroviral tuvieron un riesgo de transmisión de 7 por 10.000. Este riesgo disminuyó a 1 por 10.000 en el caso de personas que tomaban una terapia antirretroviral estable y eficaz. Sin embargo, en el caso de las personas con infección avanzada por VIH el riesgo fue de 36 por 10.000.
"Durante el periodo de infección reciente por VIH, generalmente las personas tienen una carga viral mucho mayor que durante el resto de la infección", escriben los autores, que añaden que "al aumentar la proporción de potenciales parejas sexuales recientemente infectadas, disminuye la eficacia del revelado del estado serológico para prevenir la transmisión del VIH a través del serosorting".
En realidad, el equipo de investigadores sugiere que "como resultado de las diferencias en la proporción de potenciales parejas recientemente infectadas, el riesgo de adquirir VIH en un encuentro sexual con una persona que haya revelado su estado serológico como ‘negativo al VIH’ elegida al azar entre una población de alto riesgo, podría realmente ser mayor que el riesgo relacionado con una persona al azar que haya revelado su estado serológico al VIH como positivo”.
Los autores señalan que pocos integrantes de su cohorte de personas con VIH estaban tomando una terapia anti-VIH de alta eficacia, por lo que "de forma conservadora" estimaron que la transmisión era la séptima parte de la de personas sin tratar con infección asintomática.
"Nuestros cálculos conservadores muestran que el serosorting basado en el revelado del estado serológico al VIH no es probable que constituya una estrategia de prevención eficaz cuando la prevalencia de personas que revelan su estado como ‘negativo al VIH’ recientemente infectadas supone aproximadamente el 4% de la población de potenciales parejas sexuales. Se trata de un cálculo realista basado en datos actuales". Los autores añaden que dada la prevalencia de infección aguda por VIH sin diagnosticar, "las personas sin VIH que intentan practicar serosorting tendrían más probabilidades de infectarse por VIH que si no realizaran esta práctica".
Concluyen que "predeciblemente, las personas que corren mayor riesgo de infección por VIH pertenecen a aquellos grupos que tienen las mayores proporciones de infecciones recientes. Al ignorar el mayor potencial de transmisión del VIH que suponen las personas recientemente infectadas, el serosorting, paradójicamente, podría aumentar el número de nuevas infecciones por VIH en determinadas poblaciones".
Referencia: Butler DM et al. Serosorting can potentially increase HIV transmissions. AIDS 21: 1218 – 1220, 2007.
Traducción: Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt).
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