Prevención del cáncer de cuello de útero: Buenos resultados del programa de examen en mujeres con VIH de Zambia

Se considera que un programa de chequeos médicos para detectar posibles casos de cáncer de cuello de útero en mujeres con VIH en Zambia permitió evitar una muerte debida a esta causa por cada 32 casos examinados.

Keith Alcorn & Kelly Safreed-Harmon

El cáncer cervical (relativo a la cérvix o cuello de útero) constituye la principal causa de mortalidad por cáncer en mujeres del África subsahariana, debido, en gran parte, a la falta de chequeos médicos.

Sin embargo, la infección por VIH y la inmunodeficiencia agravan la progresión de las lesiones precancerosas. La alta prevalencia de cáncer de cérvix y cambios precancerosos en las mujeres con el virus ha llevado a la realización de esfuerzos por incorporar el examen del cuello de útero en las clínicas de VIH y en otros servicios de salud en países que sufren una elevada carga de esta epidemia.

El doctor Groesbeck Parham, de la Universidad de Alabama en Birmingham (EE UU), hizo una presentación durante la XVII Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas (CROI) acerca de uno de estos programas piloto en Zambia.

Un estudio piloto realizado en 2006 por el doctor Parham y un equipo de colaboradores para evaluar la necesidad de realizar chequeos del cuello de útero entre la población femenina con VIH había encontrado que, en una cohorte de 150 mujeres, casi una de cada cinco presentaba signos que sugerían la existencia de cáncer cervical y sólo el 6% recibieron un resultado normal en la prueba citológica (de tinción de PAP). Casi el 50% mostraban cambios cervicales de alto grado.

En respuesta a estos resultados se puso en marcha un programa de exámenes médicos en 15 instalaciones sanitarias del sector público en Lusaka.

El programa empleó el método de chequeo más básico disponible para detectar posibles anomalías. Se aplicaron algodones empapados en vinagre en el cuello uterino durante tres minutos, tiempo suficiente para garantizar que cualquier anomalía se revelase en forma de marcas blancas o rojas.

El personal de enfermería recibió formación para poder evaluar a las pacientes mediante una inspección visual y una cervicografía digital (que almacenó las fotografías digitales para poder enviarlas a un ginecólogo a fin de obtener una segunda opinión, en caso necesario).

A las mujeres con un grado 3 de lesión escamosa intraepitelial (LEI) se les ofreció la posibilidad de efectuar una crioterapia de forma inmediata, mientras que las que tenían lesiones importantes fueron derivadas a un servicio médico para hacerse una biopsia por escisión.

El programa utilizó voluntarios comunitarios para promover la realización de exámenes médicos del cuello de útero entre la población femenina con VIH en los centros locales de salud. No obstante, una vez se enteraron de la existencia de un servicio de chequeo, las mujeres sin VIH también empezaron a solicitar hacerse un examen.

Entre enero de 2006 y diciembre de 2008 se examinaron 21.000 mujeres, de las que 6.572 tenían VIH.

De las 6.572 pacientes seropositivas examinadas, un total de 3.523 (54%) presentaron unos resultados anómalos. A estas mujeres se les ofreció la realización inmediata de una crioterapia -cuando cumplieron los criterios de tratamiento (n= 2.062)- o fueron derivadas a otro servicio para una posterior evaluación (n= 1.461).

El 78% de las mujeres a las que se les proporcionó la crioterapia se sometieron a la intervención.

El 49% de las que fueron derivadas a otro servicio para hacerse una evaluación más a fondo realizaron una prueba histológica de confirmación, que llevó al diagnóstico de 235 casos precancerosos (CIN [siglas en inglés de neoplasia cervical intraepitelial] de grado 2 ó 3), 79 casos de cáncer en sus primeras fases (etapa 1A-1B) y 36 de cáncer en su fase final (etapa superior a la 2A). La mayoría de los casos de cáncer en fase temprana (78%) correspondieron a una etapa 1A (microinvasiva).

La cohorte completa de mujeres con VIH presentó un recuento mediano de CD4 de 188 células/mm3 (rango intercuartil: 100 – 302 células/mm3).

Los investigadores utilizaron cálculos publicados referentes a las tasas de progresión de la enfermedad, las tasas de curación y las tasas de prevención, con objeto de evaluar el impacto del programa sobre la salud de la población femenina. Partiendo de la premisa de que se administraría el tratamiento a todos las mujeres que lo necesitaran, los autores concluyeron que la intervención impidió 203 casos invasivos de cáncer de cuello uterino entre las 6.572 pacientes con VIH examinadas.

El análisis multivariable evidenció que tener un nivel bajo de ingresos (definido como menos de 500.000 Kwasha al mes), un sangrado y flujo vaginal anómalos, junto con el número de parejas y los embarazos, fueron todos ellos factores relacionados con un mayor riesgo de sufrir cáncer de cuello de útero. Por su parte, tener más de 45 años y no presentar un historial de uso de preservativos constituyeron factores que apuntan a una protección moderada (el doctor Parham ha sugerido que el hecho de que estos factores fueran de protección puede deberse a que estuvieron vinculados con mujeres en relaciones estables).

El servicio de "examen y tratamiento" puede ofrecer una posible plataforma para la introducción de una vacuna contra el cáncer de cuello de útero, declaró el doctor Parham, pero garantizar el seguimiento a largo plazo de las mujeres requerirá una importante inversión de tiempo para asegurarse de que éstas regresan a la clínica.

Referencia: Parham G, et al. Effectiveness of a program to prevent cervical cancer among HIV-infected women in Zambia. Seventeenth Conference on Retroviruses and Opportunistic Infections, San Francisco, abstract 29, 2010.

Más información

En el sitio web oficial de la conferencia puedes encontrar el abstract de este estudio.

También puedes ver el vídeo y las diapositivas de esta sesión en el sitio web oficial de la conferencia.

Traducción: Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt).

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