También reveló que las autoridades estadounidenses dedicadas al ámbito de la salud mundial están examinando con gran interés una nueva propuesta de las organizaciones no gubernamentales relativa a un impuesto sobre las transacciones financieras, con el objetivo de recaudar dinero para la salud y el desarrollo mundiales.
La imposición de una tasa del 0,05% sobre transacciones financieras tales como el comercio de divisas y los derivados financieros podría reportar 150.000 millones de dólares anuales, dicen los partidarios de esta propuesta, y en su mayor parte afecta al comercio especulativo "sin valor económico", indica Adair Turner, regulador de la Autoridad de Servicios Financieros del Reino Unido (FSA, en sus siglas en inglés).
El impuesto sobre las transacciones está ganando simpatías entre personalidades influyentes internacionales, como un medio de proporcionar un fondo de seguro frente a futuras debacles bancarias. La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, han respaldado la propuesta, al igual que el primer ministro británico, Gordon Brown.
Parte del dinero recaudado serviría para restituir las enormes sumas empleadas por los gobiernos para estabilizar los bancos durante la crisis de 2008-2009, o para constituir la base de un fondo de seguro que serviría como protección frente a futuras crisis bancarias.
No obstante, también se propone que el impuesto sirva para generar unos fondos sustanciales destinados al desarrollo mundial. Esta posición aún no ha sido aprobada por los gobiernos, pero gracias a un número creciente de campañas de la sociedad civil se está intentando conseguir apoyo para un impuesto "Robin Hood", cuyos beneficios se dividirían entre las prioridades mundiales y nacionales.
Con todo, para poder aplicar el impuesto, será necesario obtener el apoyo de la mayoría del G20, compuesto por las economías más importantes del mundo, que incluye a China, India, Brasil y Rusia, además de EE UU.
Los comentarios del embajador Goosby constituyen el primer indicio de que desde la administración estadounidense se está considerando seriamente el impuesto a las transacciones como un modo de generar un apoyo financiero para dedicar a la salud mundial. Hasta ahora, todo el interés respecto a un impuesto a los bancos se consideró que estaría centrado en los bancos individuales como una forma de establecer un fondo de seguro frente a futuras crisis bancarias.
"Estamos muy interesados en estrategias innovadoras y estamos considerando ésta con gran interés (…) Esta podría ser decisiva", dijo.
A pesar de todo, Goosby hizo hincapié en que EE UU también estaba buscando modos de maximizar el apoyo a organismos multilaterales, una referencia en clave al hecho de que los gobiernos europeos -especialmente Francia, Alemania e Italia- presentan un historial constante de contribuciones escasas al Fondo Mundial, en proporción a su capacidad económica.
Traducción: Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt).
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