En consecuencia, las estrategias de prevención del VIH que asumen que la mayor parte de las infecciones se producen en el seno de relaciones heterosexuales estables podrían estar mal orientadas. Los datos pueden servir para respaldar la realización de programas preventivos con objeto de reducir las parejas múltiples (concurrentes).
Se cree que el notable descenso en el número de personas ugandesas que mantenían varias parejas sexuales constituyó un importante factor en la disminución de las tasas de VIH durante la década de 1990. En un gran sondeo doméstico realizado en 2006 en Uganda (el Sondeo Demográfico y de Salud), el 29% de los hombres y el 2% de las mujeres afirmaron haber tenido más de una pareja sexual en los 12 meses anteriores.
Estas cifras sirvieron para que el Plan Estratégico Nacional del país supusiera que la transmisión dentro de las parejas heterosexuales estables era el principal factor que contribuía a las nuevas infecciones por VIH. Se ha puesto énfasis en la realización de pruebas del VIH para identificar a parejas serodiscordantes y promover el uso de preservativos en dichas parejas.
Phoebe Kajubi y un equipo de colaboradores decidieron averiguar si las cifras de los sondeos domésticos estaban subestimando los valores reales, como sospechaban algunos investigadores. Así, realizaron un sondeo puerta a puerta de una muestra aleatoria en dos comunidades pobres en los márgenes de Kampala, la capital de Uganda. Tan solo se entrevistó a adultos de 20 a 39 años; la mayoría presentaban unos bajos niveles educativos y desempeñaba trabajos no especializados.
A pesar de que también constituirr un grupo de personas en situación de alto riesgo de infección por VIH, la muestra no tiene el mismo perfil demográfico que el del Sondeo Demográfico y de Salud, que fue efectuado tanto en entornos rurales como urbanos y que abarcó un amplio abanico de edades.
Sin embargo, Kajubi considera que su estudio puede presumir de algunas ventajas metodológicas, como consecuencia de que es menos probable que los comportamientos socialmente estigmatizados se vean infrarrepresentados que en el sondeo nacional. El ensayo se llevó a cabo después de que los investigadores se hubieran ganado la confianza en las comunidades y de que las personas que realizaban las entrevistas tuvieran más experiencia. Por otra parte, prestaron especial atención a la privacidad; además, se abrevió el cuestionario.
En el sondeo tomaron parte 405 personas y el número de ellas que declaró tener numerosas parejas sexuales varió según la pregunta formulada:
- Los que tuvieron más de una pareja sexual en los últimos seis meses: 29% de hombres y 7% de mujeres.
- Los que tenían al menos dos parejas sexuales en el momento de la entrevista: 23% de hombres y 4% de mujeres.
- Los que habían tenido otra pareja durante su relación actual: 30% de hombres y 8% de mujeres.
- Los que creían que su pareja había tenido otras compañías sexuales durante su relación actual: 22% de los hombres y el 32% de las mujeres.
Los investigadores también pidieron a los participantes que contestasen si estaban de acuerdo con una serie de afirmaciones respecto a la gravedad del VIH y el sida, como por ejemplo: “las personas con VIH/sida llevan una vida normal”, “los tratamientos contra el VIH/sida están disponibles para todo el mundo” o “el sida no es tan malo como era antes”.
Se comprobó que las personas que calificaron el VIH como algo más grave fueron más proclives a mantenerse fieles a una pareja sexual. Sin embargo, no fueron más propensas a no haber practicado sexo en los seis meses anteriores o a utilizar preservativos.
Los autores concluyen: “Estos resultados sugieren que muchas personas que viven en zonas urbanas de Uganda pueden ser incluidas de un modo u otro en redes de relaciones sexuales concurrentes o múltiples”.
Confirmación de Rakai
Mientras tanto, los investigadores que trabajan en el distrito rural de Rakai en Uganda han divulgado unos datos que indican que solo un pequeño número de nuevas infecciones por VIH se producen en parejas monógamas serodiscordantes.
Al examinar las nuevas infecciones por VIH en el período de 2005 a 2006, se confirmó que el 43% se produjeron en personas que no estaban casadas ni mantenían una relación estable, y que el 26% afectaron a personas cuya pareja habitual no tenía VIH (y también participaba en el estudio), lo que sugiere que adquirieron la infección a través de otra persona. En el 18% de los casos de nuevas infecciones, se desconocía el estado serológico del cónyuge o pareja estable. Solo en el 14% de los casos de nuevas infecciones por VIH las personas estaban casadas (o en una relación estable) con una persona seropositiva.
El equipo de investigadores comenta: “Nuestros datos apuntan que únicamente una pequeña parte del total de infecciones por VIH se dieron en personas que estaban en una relación estable serodiscordante al VIH en este entorno de la epidemia (…) Es poco probable que la orientación de los servicios voluntarios de realización de counselling y pruebas a las parejas serodiscordantes tenga un impacto destacable sobre la epidemia”.
Referencias: Kajubi P, et al. Multiple sexual partnerships among poor urban dwellers in Kampala, Uganda. J Acquir Immune Defic Syndr, 2011. doi: 10.1097/QAI.0b013e318211b466.
Gray R, et al. The contribution of HIV-discordant relationships to new HIV infections in Rakai, Uganda. AIDS, 2011. doi: 10.1097/QAD.0b013e3283448790.
Traducción: Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt).
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