Los pacientes con VIH que se salten citas hospitalarias en el primer año tras el diagnóstico corren un mayor riesgo de muerte, según un informe realizado por investigadores de EE UU y publicado en la edición de 15 de enero de Clinical Infectious Diseases.
Incluso tras realizar un control del recuento de células CD4 y el empleo de la terapia antirretroviral, los pacientes que no acudieron a citas siguieron manteniendo un mayor riesgo de muerte.
El equipo de investigadores no cree que el saltarse de forma ocasional unas citas en el primer año de atención del VIH contribuya en sí mismo a la mortalidad, sino que más bien sugiere que esta conducta podría servir como señal de advertencia de que una persona podría tener unas características que sí se asociarían con un peor resultado.
En 2006, se recomendó una política de realización de pruebas rutinarias del VIH tipo “exclusión voluntaria” (opt-out) a todos los adultos que acudieran a centros sanitarios de EE UU. La política se introdujo por la preocupación que suscita el hecho de que hasta el 25% de las personas con VIH en el país no están diagnosticadas.
De tener éxito, esta política de efectuar pruebas podría suponer un aumento significativo en el número de pacientes que accede a la atención del virus de la inmunodeficiencia humana. Investigaciones previas han evidenciado que una proporción significativa de pacientes recién diagnosticados de VIH no acuden a las citas de seguimiento y que esto puede suponer que se produzcan retrasos en la administración del tratamiento y la atención.
El grupo de investigadores de la Universidad de Birmingham (Alabama, EE UU) decidió examinar la relación entre las citas hospitalarias omitidas en el primer año tras el diagnóstico de VIH y la supervivencia a largo plazo. La hipótesis era que los pacientes que no fueron a las citas presentaban una mayor mortalidad.
En consecuencia, se realizó un estudio retrospectivo que contó con 543 pacientes diagnosticados en la clínica entre los años 2000 y 2005.
Estos pacientes tenían una media de edad de 38 años. La mayoría (54%) de los participantes era de etnia negra y gran parte (52%) adquirió el VIH a través de prácticas sexuales con otro hombre. La media de la carga viral basal fue de 25.000 copias/mL y el 38% de las personas presentó un recuento de CD4 inicial inferior a 200 células/mm3, siendo prescrita la terapia antirretroviral al 67% de este grupo en el primer año. Más de la tercera parte de los pacientes carecía de seguro médico y el 15% tenía un seguro público.
Los autores examinaron los registros de asistencia a la clínica durante el primer año tras el diagnóstico y compararon la posterior tasa de mortalidad entre los pacientes que se saltaron citas y los que no. También se registraron detalles de los pacientes referidos a edad, sexo, etnia, grupo en situación de riesgo de VIH, estado de salud mental, consumo de drogas y alcohol, recuento de CD4, carga viral, empleo del tratamiento antirretroviral y la situación respecto al seguro sanitario.
El primer año posterior al diagnóstico de VIH, el 60% de los pacientes no acudió a una cita clínica externa. Se descubrió que 32 de las personas que se saltaron una cita (10%) murieron, frente a 10 (5%) de las que asistieron a todas las visitas programadas.
Entre los factores relacionados con la pérdida de citas estuvieron tener una menor edad (cociente de probabilidades [CP]: 0,81 por cada diez años; intervalo de confianza del 95% [IC95%]: 0,66-0,99), ser de etnia negra (CP: 2,74; IC95%: 1,77-4,23) y contar con un seguro médico público (CP: 2,09; IC95%: 1,10-3,96).
El análisis estadístico reveló la existencia de una relación significativa entre la pérdida de las citas en el primer año y el mayor riesgo de muerte (p= 0,02). La mortalidad fue de 2,3 por 100 persona-años entre los pacientes que se saltaron una visita programada en el primer año tras el diagnóstico, frente a 1 por 100 persona-años en el caso de los que no se perdieron ninguna cita.
Otros factores asociados con un mayor riesgo de muerte fueron tener una mayor edad y un recuento de linfocitos CD4 inferior a 200 células/mm3. Aun cuando el equipo responsable del estudio realizó otros análisis en los que se controló para el uso de tratamiento antirretroviral y recuento de CD4, se volvió a comprobar que la pérdida de citas en el primer año de diagnóstico estuvo asociada con un mayor riesgo de muerte.
“El no acudir a las visitas de atención primaria del VIH en el primer año tras establecer el tratamiento externo inicial estuvo relacionado con una posterior mortalidad, incluso al controlar para el recuento de CD4 y la recepción de terapia antirretroviral el primer año”, comentan los investigadores.
La tasa de mortalidad entre los pacientes que se perdieron citas médicas duplicó la de aquéllos que acudieron a todas ellas. Los autores sugieren: “La extrapolación de nuestros hallazgos al nivel nacional de la población general equivale a una mortalidad considerable”.
Especulan que, a partir de los pacientes que se saltan las citas médicas en el primer año, podría predecirse quiénes tendrán menor tendencia a ser retenidos en la atención del VIH y quiénes mostrarán una menor adhesión al tratamiento. “En consecuencia, que los pacientes que acaban de iniciar la terapia externa en una clínica no acudan a citas médicas puede servir como un marcador para identificar a las personas que corren más riesgo de tener unos malos resultados del tratamiento en el futuro”.
Referencia: Mugavero MJ, et al. Missed visits and mortality among patients establishing initial outpatient HIV treatment. Clin Infect Dis. 2009; 48: 248-258.
Traducción: Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt).