Tratamiento como prevención
Uno de los temas más candentes en el campo del VIH a lo largo de este último año ha sido la capacidad de infección (o su ausencia) de las personas que toman tratamiento antirretroviral y presentan una carga viral indetectable. El tema fue puesto en candelero a raíz de la que se llegó a denominar “declaración suiza”, según la cual las personas que mantienen una adhesión total a su tratamiento, tienen una carga viral indetectable y no presentan ninguna infección de transmisión sexual no podían transmitir el VIH a sus parejas heterosexuales.
Pocos investigadores han respaldado públicamente esta declaración, pero el consenso general es que el tratamiento antirretroviral puede reducir significativamente el riesgo de transmisión del virus.
El primer estudio se realizó en Rakai (Uganda) y contó con parejas heterosexuales serodiscordantes. Sus responsables no detectaron casos de transmisión del VIH en las parejas cuyo miembro seropositivo seguía un tratamiento antirretroviral. Por el contrario, se descubrió una tasa de incidencia del virus de 9 por 100 persona-años en el caso de parejas en las que ese miembro no tomaba terapia.
No obstante, el estudio de Rakai se vio limitado por su pequeño tamaño de muestra (205 parejas) y su corta duración (un año).
En la CROI también se presentaron los resultados de un estudio de mayor tamaño y duración, llevado a cabo en Ruanda y Zambia. Este estudio contó con algo menos de 3.000 parejas y se prolongó desde 2002 a 2008.
Se detectó un total de 175 transmisiones del virus, de las que 171 se produjeron en parejas en las que el miembro con VIH no seguía un tratamiento. Esto supone que el riesgo de transmisión del virus fue de tres a cinco veces menor en las parejas heterosexuales serodiscordantes en las que el miembro seropositivo tomaba terapia antirretroviral.
El equipo de investigadores no poseía información referente a la carga viral de las personas que transmitieron el VIH a sus parejas.
Fármacos antirretrovirales y riesgo de ataque cardíaco
El uso de abacavir (Ziagen®, y también en combinación con otros fármacos en Kivexa® y Trizivir®), así como el de algunos inhibidores de la proteasa (IP), se ha vinculado a un mayor riesgo de sufrir un ataque cardíaco en los estudios presentados en la CROI.
Se ha suscitado un gran debate en torno a la relación entre el tratamiento anti-VIH y el mayor riesgo de cardiopatía. Durante unos 10 años, el gran estudio D:A:D ha estado recopilando información sobre los efectos secundarios de los fármacos antirretrovirales. Hace algún tiempo, se encontró una relación entre la ingestión de inhibidores de la proteasa y el mayor riesgo de enfermedad cardíaca. La información de este ensayo, presentada en la anterior edición de la CROI, evidenció que el tratamiento con abacavir duplicaba el riesgo de sufrir un ataque al corazón y que la terapia con didanosina (ddI, Videx®) aumentaba este riesgo en un 50%.
En la presente edición de la CROI, los responsables de dicho estudio han presentado nuevos hallazgos que vienen a dejar constancia, una vez más, de que la terapia con abacavir aumentó el riesgo de ataque cardíaco. Sus resultados también mostraron que no hubo un aumento de esta dolencia debido a la toma de tenofovir (Viread®, y también en combinación con otros fármacos en Truvada® y Atripla®).
Los datos, asimismo, pusieron de manifiesto que los inhibidores de la proteasa indinavir (Crixivan®) y lopinavir/ritonavir (Kaletra®) aumentaban el riesgo de ataque al corazón.
Los resultados de otro trabajo de investigación francés presentados en la CROI encontraron que el tratamiento reciente con abacavir duplicaba el riesgo de dicha afección, al igual que el tratamiento con Kaletra® y fosamprenavir (Telzir®).
Cambio de Kaletra® a raltegravir
Los pacientes con una carga viral indetectable que dejaron de recibir Kaletra® y empezaron a tomar el inhibidor de la integrasa raltegravir (Isentress®) mostraron unas mejoras significativas en su nivel de lípidos en sangre, pero corren el riesgo de que se produzca un aumento de su carga viral, según sugieren unos estudios expuestos en la conferencia.
En la CROI, se presentaron dos estudios que contaron con personas que estaban tomando una terapia que contenía Kaletra®, las cuales fueron distribuidas de forma aleatoria para seguir recibiendo ese fármaco o cambiar a raltegravir.
Después de seis meses, el 94% de los pacientes que siguieron tomando Kaletra® tenía una carga viral indetectable, frente al 88% de los que cambiaron a raltegravir. Los estudios han sido interrumpidos debido a este mayor riesgo de fracaso virológico entre los pacientes que cambiaron al segundo fármaco. Actualmente, se intenta determinar por qué el cambio a raltegravir estuvo relacionado con un mayor riesgo de rebote de la carga viral. Una posible explicación podría ser el historial de tratamiento de los otros fármacos anti-VIH que estaba tomando el paciente.
No obstante, se produjeron unas mejoras significativas en los niveles de colesterol total, de colesterol LDL [conocido como colesterol “malo”] y de triglicéridos en los pacientes que cambiaron a raltegravir. Las tasas de efectos secundarios fueron similares en ambos grupos de participantes.
El uso de interleucina-2 no demuestra beneficios
Dos estudios internacionales de gran tamaño han evidenciado que el empleo de interleucina-2 (IL-2), estimulante del sistema inmunitario, no ofrece ninguna ventaja y puede provocar unos graves efectos secundarios.
Tanto el ensayo ESPRIT como el SILCAAT mostraron que los pacientes que siguen un tratamiento anti-VIH y reciben inyecciones de IL-2 presentaron unos recuentos de CD4 más elevados que aquéllos que sólo tomaron fármacos antirretrovirales.
Sin embargo, esto no se tradujo en ninguna ventaja clínica: Las tasas de enfermedades definitorias de sida y de muerte fueron similares entre los pacientes tratados con IL-2 y los que sólo tomaron fármacos antirretrovirales. También se descubrió que las tasas de enfermedades no relacionadas con el VIH fueron semejantes.
Los casos de efectos secundarios graves fueron un 23% más frecuentes en los pacientes que tomaron IL-2.
Uno de los investigadores del estudio SILCAAT declaró durante la conferencia: “No veo ningún posible provecho en mantener los estudios con IL-2”.
Muchas transmisiones maternas del VIH pueden deberse a una infección durante o después del embarazo
Aproximadamente el 40% de los casos de transmisión de madre a hijo del VIH podrían deberse a que la madre se infectó por el virus durante el embarazo o en el período de lactancia, según un estudio presentado en la CROI.
El estudio se realizó en Botsuana en 2007 y contó con 644 mujeres inscritas entre las que acudían a salas de maternidad o a clínicas de inmunización infantil. Se encontró que la prevalencia de VIH era del 1,3% entre las mujeres en las salas de maternidad, pero aumentaba hasta el 3% entre las que acudían a las clínicas de inmunización.
En consecuencia, los autores creen que muchas mujeres se infectaron por VIH en una fase posterior del embarazo o en el primer año después de dar a luz, cuando los bebés aún están en período de lactancia.
Estos hallazgos se emplearon para calcular la proporción de transmisiones del virus debidas a la infección de las mujeres durante el embarazo o después del parto, y se llegó a un cauto 43%.
Los responsables del estudio recomendaron que las mujeres seronegativas se volvieran a someter a pruebas de forma rutinaria durante el embarazo.
Resistencia materna a nevirapina
Los ciclos cortos de terapia antirretroviral combinada después del parto disipan el riesgo de emergencia de resistencia a nevirapina si la madre recibió ese fármaco para prevenir la transmisión de madre a hijo, según evidencian dos estudios tailandeses presentados en la CROI.
En el primer tratamiento, las madres tomaron un tratamiento con zidovudina (AZT)/didanosina (ddI) durante el mes posterior a dar a luz, mientras que las madres del segundo estudio fueron tratadas con AZT/ddI y lopinavir/ritonavir (Kaletra®) durante el mismo período. Durante el parto, todas habían recibido una dosis de nevirapina.
Los autores encontraron que el ciclo corto de tratamiento con estas combinaciones redujo el riesgo de que emergiera resistencia a nevirapina.
El tratamiento anti-VIH basado en Kaletra® resulta beneficioso en mujeres que tomaron nevirapina para prevenir la transmisión de madre a hijo
Después de usar nevirapina para prevenir la transmisión de madre a hijo del VIH, las mujeres que toman un tratamiento antirretroviral basado en Kaletra® presentan mejores resultados que las que toman uno con nevirapina, según se explicó en la CROI.
Un estudio que contó con 243 mujeres de siete países africanos que recibieron nevirapina para prevenir la transmisión de madre a hijo halló unas tasas más bajas de fracaso virológico y de muerte entre las tratadas con regímenes basados en Kaletra® que entre las que tomaron una terapia que incluía nevirapina.
Prevención de la meningitis por criptococos con fluconazol
El tratamiento por vía oral con el fármaco antifúngico fluconazol evita la meningitis por criptococos en pacientes con una infección por VIH avanzada, según los resultados de un estudio realizado en Uganda.
El ensayo contó con algo más de 1.500 adultos con VIH que fueron repartidos de forma aleatoria en grupos de igual tamaño para recibir fluconazol o un placebo. Los pacientes presentaban una supresión inmunitaria avanzada, con una mediana de recuento de CD4 de 111 células/mm3.
Las tasas de meningitis por criptococos fueron mucho menores entre los pacientes que tomaron fluconazol que entre los que recibieron placebo.
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