Mirando al futuro: el VIH en 2031
Peter Piot, director ejecutivo de ONUSIDA, expresó su esperanza de que en 2031:
- Todas las personas en situación de riesgo de adquirir el VIH conocieran su estado serológico.
- Hubiera combinaciones de tratamiento de primera y segunda línea más duraderas, con menos efectos secundarios y activas frente a los virus resistentes a los fármacos.
- Se estuvieran usando de forma adecuada los fármacos del VIH para la prevención.
Dada la dificultad que supondría proporcionar tratamiento a tantas personas, en la conferencia se planteó la necesidad de intensificar la búsqueda de algún modo de erradicar el VIH o, al menos, de contenerlo de forma que las personas que vivan con el virus no requieran un tratamiento de por vida.
Será necesaria una cuantiosa inversión para asegurar que se dispone de suficiente dinero para pagar los fármacos anti-VIH. Por este motivo, se sugirió que los donantes internacionales tendrían que pensar en términos de provisión de “fondos de pensiones” para poder hacer frente a este problema.
Tratamiento y prevención del VIH
El profesor Julio Montaner, el presidente entrante de la Sociedad Internacional del Sida, entidad organizadora de la conferencia, declaró: “Creemos que ya se dispone de pruebas suficientes para poder decir a los artífices de políticas que si despliegan un programa de tratamiento anti-VIH con una cobertura del 100% observarán una reducción de la transmisión del virus”.
Existen muchísimas pruebas científicas que respaldan esta afirmación. Por ejemplo, la transmisión del VIH en Taiwán disminuyó en un 50% tras la introducción del tratamiento antirretroviral.
La transmisión del VIH se redujo en un 90% en Rakai (Uganda), gracias a la provisión de tratamiento antirretroviral. Esto se combinó con un apoyo a la adhesión para asegurar que los pacientes tuvieran una carga viral indetectable y recibieran counselling sobre prácticas sexuales seguras.
Recientemente se vaticinó que se prevendrían dos tercios de las nuevas infecciones por VIH en la provincia canadiense de la Columbia Británica en los próximos 20 años si todas las personas con VIH iniciaran el tratamiento cuando su recuento de linfocitos CD4 rondase las 350 células/mm3.
También se ha predicho que la epidemia del VIH se frenaría en 50 años si todas las personas con el virus recibieran terapia antirretroviral.
Se rechazaron las insinuaciones de que el aumento del número de nuevas infecciones entre hombres gays en muchos países occidentales se debiera a la autocomplacencia y la disponibilidad del tratamiento. Existen numerosas pruebas que muestran que gran parte de estas nuevas infecciones partieron de personas no diagnosticadas, muchas de las cuales acababan de infectarse por el VIH.
Está en marcha un ensayo para verificar si el inicio del tratamiento con recuentos de CD4 superiores a 350 células/mm3 reduciría las tasas de transmisión del VIH en parejas donde uno de sus miembros no tiene el virus. Las últimas directrices británicas sobre el tratamiento del VIH proponen que, en el caso de los pacientes con una pareja seronegativa, podría considerarse el inicio de la terapia con unos recuentos de linfocitos CD4 superiores. Sin embargo, añaden que el tratamiento no es un sustituto de las prácticas de sexo seguro.
Es necesaria una combinación de métodos de prevención
En la conferencia también se afirmó que no existían “soluciones milagrosas” para la prevención del VIH, sino que más bien se requiere una “combinación de métodos prevención” que incluya:
- El uso de preservativos y la reducción del número de parejas sexuales.
- La circuncisión y la prevención de la transmisión de madre a hijo.
- El tratamiento no sólo del VIH, sino también de otras infecciones de transmisión sexual (ITS).
- La implantación de políticas sociales para luchar contra la pobreza y defender los derechos humanos.
En la conferencia se presentaron datos que reflejan que la India ha reducido el número de nuevas infecciones por VIH en los colectivos de trabajadoras sexuales y hombres que practican sexo con hombres (HSH). Aumentó el uso de preservativos y disminuyeron las tasas de infecciones de transmisión sexual.
Tenofovir y los problemas renales
Un pequeño número de personas que toman el fármaco anti-VIH tenofovir desarrollan problemas renales. Los estudios presentados en la conferencia de Ciudad de México han encontrado que dichos problemas están relacionados con la toma de medicamentos para la presión sanguínea que también pueden provocar problemas renales y con la de inhibidores de la proteasa.
Tenofovir (Viread®) es un fármaco anti-VIH preferente de primera línea y está presente en las pastillas combinadas Truvada® (con emtricitabina) y Atripla® (con efavirenz y emtricitabina). Parece ser un fármaco seguro, pero un pequeño número de personas ha desarrollado problemas renales después de tomarlo.
Tener una alta presión sanguínea puede producir problemas renales. También se sabe que las personas de origen africano tienen un mayor riesgo de padecer enfermedades renales.
El equipo de investigadores estadounidense descubrió que el riesgo de sufrir problemas renales en pacientes con tenofovir se veía incrementado si éstos:
- Tenían una presión sanguínea elevada.
- Estaban tomando otros fármacos que pueden provocar problemas renales.
- Su tratamiento incluía también un inhibidor de la proteasa.
- Presentaban un historial de enfermedades relacionadas con el VIH.
Las tasas de enfermedad renal fueron mucho menores en pacientes que tomaban tenofovir con un ITINN.
Pruebas de orina para predecir problemas cardiacos
Estudios anteriores habían mostrado que las personas con VIH pueden tener un mayor riesgo de sufrir estos problemas, por lo que es importante contar con pruebas sencillas que permitan detectar pronto las anomalías y tratarlas.
Un pequeño estudio estadounidense en el que participaron personas que seguían un tratamiento anti-VIH eficaz mostró que los niveles de determinadas sustancias en la orina estaban relacionadas con factores de riesgo bien definidos de enfermedad cardiaca, como es el caso de los niveles elevados del colesterol LDL (el conocido como colesterol “malo”).
El tratamiento con IL-2 puede aumentar el recuento de CD4, lo que retrasaría la necesidad de tratamiento
La interleuquina-2 (IL-2) se produce de forma natural en el organismo y desempeña un papel clave en la estimulación del sistema inmunitario, induciendo la producción de linfocitos CD4.
Los últimos estudios muestran que las inyecciones de IL-2 pueden aumentar el recuento de CD4. El estudio contó con personas cuyo recuento promedio de linfocitos CD4 era de 380 células/mm3, algo por encima del umbral en que se recomienda tomar el tratamiento para el VIH.
El equipo de investigadores dividió estos pacientes en dos grupos: a uno se le administró inyecciones de IL-2 dos veces cada cinco días durante ocho semanas, y el otro no recibió tratamiento.
El recuento de CD4 aumentó en un promedio de 50 células/mm3 en las personas que recibieron IL-2, pero disminuyó en más de 60 células/mm3 en los otros pacientes (cuyo recuento final quedó por debajo del valor para el que se recomienda iniciar el tratamiento del VIH).
El equipo de investigadores que realizó el estudio calculó que los aumentos de CD4 registrados podrían posponer hasta dos años la necesidad de comenzar el tratamiento para el VIH.
Los efectos secundarios del tratamiento con IL-2 consisten en síntomas similares a los de la gripe, pero ningún paciente interrumpió el tratamiento con el fármaco por esta causa.
Podrás encontrar más noticias en aidsmap.com
Dos nuevos tratamientos parecen prometedores:
La extracción y modificación de las células inmunitarias mejora la respuesta inmune a la infección por VIH y parece constituir un enfoque seguro y viable para el tratamiento del VIH, según diversos informes hechos públicos esta semana en la XVII Conferencia Internacional del Sida.
Hoy, en Clinical Care Options:
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