Una higiene genital pobre ha sido relacionada con la propagación del chancro suave, una infección de transmisión sexual caracterizada por la aparición de una llaga dolorosa en los genitales. Aunque se sabe poco sobre la higiene del pene y otras infecciones de transmisión sexual, un reciente estudio realizado en Durban (Suráfrica) descubrió que la humedad peneal estaba relacionada de forma independiente con un mayor riesgo de infección por VIH. El estudio de Durban también descubrió que el efecto protector de un pene seco frente a la infección por VIH era similar al de la circuncisión. En entornos donde la circuncisión no es ética ni logísticamente posible, la promoción de la higiene del pene podría, según se ha sugerido, mejorar los esfuerzos de prevención del VIH.
No se ha examinado la prevalencia de la humedad peneal en el Reino Unido, donde aproximadamente el 4% de los hombres está circuncidado. Por eso, un grupo de investigadores de la clínica de salud sexual del Hospital Ealing en West London realizó un estudio para determinar la prevalencia de humedad peneal entre hombres que se presentaban con una nueva consulta. El grupo investigadores registró si el hombre estaba o no circuncidado, obtuvo datos demográficos y realizó un examen genital para determinar si estaba presente la humedad peneal. También registró si el hombre había sido diagnosticado de una infección de transmisión sexual.
El grupo de investigadores definió la humedad peneal como un nivel de humedad sobre la cabeza del pene y bajo la estría bulbosa entre la cabeza y el cuerpo del pene. A los hombres que presentaban indicios que inflamación en el prepucio o cabeza del pene (balanitis) se les proporcionó un tratamiento adecuado.
En el análisis se incluyó un total de 480 pacientes. La mayoría de estos hombres eran de raza blanca (244), 109 de origen asiático, 102 de raza negra y 25 de otras etnias. Aproximadamente tres cuartas partes de los hombres (73%) no estaba circuncidado y 48 hombres eran gays.
Se observó humedad peneal en el 6% de los hombres. Esto incluyó al 8% de los hombres sin circuncidar y el 1% de los hombres circuncidados, una diferencia estadísticamente significativa (p=0,001).
La balanitis fue la condición más relacionada con la humedad peneal (41%), pero también se determinó que el 5% de los hombres diagnosticados de uretritis no específica y el 5% de los hombres diagnosticados de "otras" infecciones tenían humedad peneal.
Los hombres heterosexuales y homosexuales fueron igual de propensos a tener humedad peneal (16% en ambos casos) y, aunque los hombres de origen asiático constituyeron el grupo racial más propenso a presentar humedad peneal (9%), la diferencia con los hombres de raza blanca (7%) y hombres de raza negra (3%) no fue estadísticamente significativa.
"Hemos descubierto una prevalencia de humedad peneal del 6,3% en esta población de usuarios rutinarios de una clínica ITS… esta prevalencia es mucho menor de la registrada en la población de usuarios pretratados de raza negra de una clínica de ITS en Durban (Suráfrica), donde el 49% presentó humedad peneal", escribe el grupo de investigadores.
Los autores creen que la humedad peneal constituye un marcador de mala higiene genital. Se cree que las secreciones de la próstata, ampollas y descargas uretrales son las responsables de la humedad peneal observada en el estudio de Ealing.
"La evidencia del efecto protector de la circuncisión masculina en la protección frente al VIH en heterosexuales ya es innegable", escribe el grupo de investigadores. "Se cree que uno de los mecanismos a través de los cuales la circuncisión podría reducir la transmisión del VIH sería la mejora de la higiene", por tanto, sugieren los autores, "mejorar la higiene genital masculina podría suponer algún beneficio en la reducción del riesgo de VIH del mismo modo que lo podría hacer la circuncisión".
Pero el grupo de investigadores sugiere que la circuncisión podría ser una estrategia de prevención del VIH más fiable. La circuncisión es un proceso único (aunque un proceso que puede ser extremadamente doloroso y que requiere semanas de curación si se realiza en adultos), mientras que los autores sugieren que "probablemente se requerirían esfuerzos a largo plazo para provocar y mantener una higiene genital".
El grupo de investigadores cree que se requieren más estudios sobre la higiene del pene en entornos tanto con alta como baja prevalencia del VIH.
Referencia: O’Farrell N et al. Low prevalence of penile wetness among male sexually transmitted infection clinic attendees. Sexually Transmitted Diseases 33: 408 – 409, 2007.
Traducción: Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt).
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