La encuesta también sugiere que el número de varones que se han sometido a la prueba del VIH es más alto que nunca (incluyendo uno de cada diez en la consulta de un médico generalista), pero que menos de la mitad la había hecho en el año anterior. Asimismo, existen pruebas de la realización del denominado ‘posicionamiento estratégico’ durante el sexo oral y de comportamientos que conducen a la rotura o pérdida de los preservativos.
Al mismo tiempo, los investigadores han publicado los datos preliminares procedentes de una encuesta similar llevada a cabo en toda Europa en 2010. En ella participaron más de 180.000 hombres, lo que supone el mayor estudio jamás efectuado sobre salud sexual en hombres gais y bisexuales.
Sondeo sobre Sexo en Hombres Gais del Reino Unido
El Sondeo sobre Sexo en Hombres Gais utilizó un cuestionario a rellenar por el propio interesado, que está disponible en forma de folleto (distribuido por las organizaciones de promoción de la salud) y en una versión en internet (promovida por varios sitios web orientados a los hombres gais: comerciales, de promoción de la salud y de tipo comunitario). Para la edición de 2008, se recibieron 7.461 respuestas válidas de hombres homosexuales o bisexuales residentes en el Reino Unido.
Edad
El equipo de investigadores analizó el modo en que la participación en determinados comportamientos sexuales de riesgo varió según la edad. Así, se identificaron ciertas conductas que podrían dar lugar a que la persona contrajera el VIH, además de otras que podrían dar lugar a la transmisión del virus.
Al centrarse primero en las conductas que podrían conducir a la adquisición del VIH, el análisis se limitó a los hombres que declararon que habían tenido un resultado negativo en la prueba del VIH o que nunca la habían realizado.
* Recibir la eyaculación en la boca durante el sexo oral con una pareja con VIH o de estado serológico desconocido. El 40% de los hombres menores de 20 años comunicó esta actividad, un porcentaje más elevado que en cualquier otro grupo de edad.
* La práctica de sexo receptivo anal sin protección con una pareja con VIH o de estado serológico desconocido. El 23% de los varones con una edad inferior a 20 años declaró esta actividad, una proporción que de nuevo fue más alta que en cualquier otra franja de edad.
* El uso de poppers durante las relaciones anales receptivas sin protección con una pareja con VIH o de estado serológico desconocido. El 5% de los hombres menores de 20 años afirmó practicarlo, pero en este caso las cifras no variaron según las franjas de edad.
Al centrarse en las conductas que podrían dar lugar a la transmisión del VIH, el análisis se limitó a los hombres que fueron diagnosticados de VIH o que jamás se habían sometido a la prueba.
* Eyacular en la boca de una pareja sin VIH o de estado serológico desconocido. El 46% de los hombres en la treintena de edad declaró realizar esta actividad, un porcentaje más alto que en cualquier otro grupo etario.
* Practicar sexo anal insertivo sin protección con una pareja sin VIH o de estado serológico desconocido. El 28% de los hombres en la treintena de edad comunicó esta conducta, un porcentaje de nuevo más elevado que en cualquier otro grupo de edad.
El equipo de investigadores afirma: "Estos resultados concuerdan con un escenario en el que, en general, los HSH [hombres que practican sexo con hombres] transmiten el VIH a otros hombres más jóvenes que ellos".
Sin embargo, el grupo con menos probabilidades de informar sobre todos esos comportamientos de riesgo sexual fue el de mayor de edad: los de más de 50 años.
Posicionamiento estratégico
Con el término ‘posicionamiento estratégico’ se hace referencia a los hombres que eligen su papel en la relación sexual prestando cierta consideración a cuál creen que es su propio estado serológico al VIH y el de su pareja. En estas decisiones, generalmente se da por supuesto que la transmisión del virus se produce con más frecuencia de la pareja insertiva a la pareja receptora que al revés.
Como se ha comprobado en sondeos anteriores, los hombres que habían dado negativo o que nunca habían realizado la prueba diagnóstica fueron mucho menos propensos a adoptar el papel receptivo en las relaciones anales sin protección si sabían que su pareja tenía VIH. Del mismo modo, cuando los varones diagnosticados de VIH estuvieron con una pareja que sabían que también tenía el virus, se manifestaron igual de proclives a mantener relaciones sexuales sin protección tanto insertivas como receptivas. Cuando creían que su pareja no tenía VIH tendieron mucho más a adoptar el papel receptivo.
Pero el sondeo también preguntó sobre el posicionamiento en relación con el sexo oral y la eyaculación en la boca, un tema que anteriormente no se había tratado. De todos los hombres que habían practicado sexo en el año anterior, el 99,2% había mantenido relaciones sexuales orales y el 77% había tenido dichas relaciones con eyaculación en la boca. Sin embargo, algunos hombres prestaron atención al estado serológico al VIH de sus parejas cuando llevaron a cabo esta práctica. Por ejemplo, entre los hombres seropositivos, el eyacular en la boca de hombres sin el virus fue mucho menos habitual (13%) que recibir en su boca la eyaculación de dichos hombres (26%).
Fallo del preservativo
El 13% de los hombres que habían utilizado preservativos en el año anterior sufrió la rotura o pérdida del mismo durante las relaciones sexuales. Los investigadores preguntaron respecto a ocho comportamientos que se considera que aumentan el riesgo de que eso suceda.
* El 17% de los usuarios de preservativos utilizó saliva como lubricante. Estos hombres fueron algo más proclives que el resto a experimentar un fallo del preservativo (cociente de probabilidades [CP]: 1,32; intervalo de confianza del 95% [IC95%]: 1,02 – 1,71).
* El 15% de los usuarios de preservativos declaró haber mantenido relaciones sexuales durante más de 30 minutos sin cambiar el condón. Los HSH que hicieron esto fueron dos veces más propensos que el resto de los hombres a sufrir un fallo del condón (CP: 2,34; IC95%: 1,85 – 2,95).
* El 11% no empleó absolutamente ningún lubricante. Estos hombres tuvieron una probabilidad casi dos veces superior de sufrir un fallo del preservativo (CP: 1,86; IC95%: 1,40 – 2,48).
Además, los varones que afirmaron haber practicado los siguientes tres comportamientos también presentaron un riesgo mayor, estadísticamente significativo, de experimentar el fallo del preservativo: usar lubricantes de base oleica, utilizar un condón demasiado pequeño y desenrollar el preservativo antes de ponérselo.
No obstante, contrariamente a lo pensado, dos de las conductas sobre las que se preguntó no estuvieron relacionadas de forma significativa con el fallo del condón. Así, los hombres que afirmaron poner lubricante dentro del preservativo y los que indicaron no haber usado "demasiado" lubricante no fueron más propensos a experimentar un fallo del preservativo que el resto de la población masculina.
Los hombres más jóvenes y los que mantuvieron relaciones sexuales tanto con varones como con mujeres fueron más proclives a experimentar un fallo del condón que el resto.
Prueba del VIH
Continuando con la tendencia ascendente observada en los últimos años, el 72% de los hombres que completaron el sondeo se había sometido alguna vez a la prueba del VIH. Sin embargo, al excluir a los que hacía más de un año que recibieron el diagnóstico de VIH, solo el 46% de los hombres había realizado la prueba del VIH en los últimos 12 meses. No obstante, la Agencia para la Protección de la Salud (HPA, en sus siglas en inglés) y otras organizaciones recomiendan que los hombres gais se sometan al test diagnóstico de forma anual.
A pesar de que más de las tres cuartas partes de los hombres que se habían sometido a la prueba lo habían hecho la última vez en la clínica de salud sexual o de medicina genitourinaria, un porcentaje relativamente elevado lo había hecho en lugares menos tradicionales. El 9% se sometió a la prueba en una consulta de medicina general, el 5% en una clínica de salud privada y el 4% en una organización relacionada con el VIH. Por otro lado, menos del 1% se sometió a la prueba en el hospital o empleó un kit para realizar la prueba en casa.
Como se apreció en sondeos anteriores, el hecho de estar diagnosticado de VIH fue más común entre los hombres en Londres y en el noroeste de Inglaterra, entre los que tenían un menor nivel de formación, los que tenían un mayor número de parejas sexuales (especialmente aquellos con 30 o más al año) y entre los hombres de etnia negra y los de etnias blancas ‘no británicas’.
Estudio europeo
El mes pasado, también se hicieron públicos los resultados preliminares del mayor estudio internacional jamás realizado sobre la salud sexual de los hombres gais y bisexuales. Cuando se llevó a cabo el Sondeo sobre Sexo en Hombres Gais del Reino Unido en 2010, el mismo cuestionario estuvo disponible en 25 idiomas a través de internet en Europa.
Los investigadores se sorprendieron por el elevado nivel de respuesta al sondeo, que fue completado por un total de 180.988 hombres. La tasa de respuesta fue especialmente elevada en Alemania, Suiza, Luxemburgo, Irlanda, Portugal, Eslovenia y Austria, mientras que la más baja se registró en Turquía, Moldavia y Rusia.
En general, el nivel de conocimientos básicos sobre el VIH fue muy alto: el 93% de los participantes conocía al menos cinco datos clave acerca del virus.
En total, alrededor del 35% de los hombres se había sometido a una prueba del VIH en los últimos doce meses. El haberse realizado la prueba diagnóstica en el último año fue un hecho más habitual en España, Portugal, Bélgica y Francia, mientras que los países donde fue menos común fueron Lituania, Finlandia, Eslovenia, Croacia y Turquía. Los investigadores afirman que en algunos países, como Polonia y Rusia, la proporción de hombres gais y bisexuales con VIH es considerablemente mayor de lo que se había calculado con anterioridad.
Los resultados completos se publicarán en otoño de 2011.
Referencias: Hickson F, et al. Tactical dangers: Findings from the United Kingdom Gay Men’s Sex Survey 2008. Sigma Research, 2010.
The European MSM Internet Survey (EMIS) Community Report 1. Robert Koch Institute and partners, 2010.
Traducción: Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt).
Suscríbete a los boletines
Utiliza este formulario para suscribirte en los diferentes boletines. Si tienes cualquier problema ponte en contacto con nosotros.
Al continuar, confirmas que has leído el aviso legal y aceptas la política de privacidad.