Análisis más detallados que tuvieron en cuenta posibles factores de confusión no modificaron de forma sustancial este hallazgo.
Los resultados recientemente publicados del estudio D:A:D evidenciaron que los pacientes que toman abacavir (Ziagen®, también en las pastillas combinadas Kivexa® y Trizivir®) tuvieron un aumento del 70% en su riesgo relativo de sufrir un ataque al corazón. También se detectó la existencia de una relación entre la terapia con el fármaco y ataque cardíaco en el estudio SMART sobre interrupción de tratamiento.
Unos investigadores daneses decidieron determinar el impacto del tratamiento con abacavir y el riesgo de hospitalización debido a ataques al corazón.
El estudio contó con 2.930 pacientes con VIH en Dinamarca. Los autores reunieron información sobre la incidencia de ataques cardíacos entre estas personas hasta mayo de 2007.
El equipo responsable de la investigación indicó: “Esta cohorte de estudio, sin distribución aleatoria, puede estar sujeta a los mismos factores de confusión que potencialmente afectan al estudio D:A:D. Por este motivo, hemos empleado distintas estrategias para controlar dichos factores”.
En consecuencia, además de obtener datos sobre el uso de abacavir y otros fármacos antirretrovirales, el equipo de investigadores también reunió información sobre otros factores que podrían estar vinculados a un riesgo de sufrir un ataque al corazón. Entre ellos se cuentan la edad, el sexo, los niveles de lípidos en sangre, la presión arterial, la presencia de enfermedades en pulmones, hígado o riñones, la duración de la infección por VIH, el recuento de CD4 en el momento de iniciar la terapia anti-VIH, la etnia, el consumo de drogas inyectables y el alcoholismo.
La relación entre el tratamiento con abacavir y el ataque cardíaco fue examinada en cuatro conjuntos distintos de análisis estadísticos.
De las 2.930 personas en la cohorte, un total de 1.761 fueron tratadas con abacavir. Algo más de un tercio de estos pacientes empezaron el tratamiento anti-VIH con un régimen que incluía este fármaco, mientras que el 66% restante cambió a abacavir al menos dos años después de iniciar su terapia antirretroviral.
Los pacientes tratados con abacavir supusieron 19.124 persona-años de seguimiento.
Se registró un total de 67 ataques cardíacos, de los que 36 se produjeron después de haber iniciado el tratamiento con dicho fármaco.
La tasa general de hospitalización por ataque al corazón fue de 3,5 por cada 1.000 persona-años de seguimiento.
Antes de iniciar la terapia con abacavir, la tasa de hospitalización relacionada con ataques cardíacos era de 2,4 por cada 1.000 persona-años.
Sin embargo, tras empezar el tratamiento con este fármaco, dicha tasa de hospitalización se elevó a 5,7 por cada 1.000 persona-años.
El análisis no ajustado evidenció que el riesgo relativo relacionado con el tratamiento con abacavir y el ataque al corazón fue de 2,22 (intervalo de confianza del 95% [IC95%]: 1,31 – 3,76). Este valor permaneció prácticamente sin modificaciones en dos posteriores baterías de análisis que tuvieron en cuenta posibles factores de confusión (riesgo relativo ajustado [RRA]: 2,00; IC95%: 1,10 – 1,94) y en un ‘modelo de puntuación de propensión’(RRA: 2,00; IC95%: 1,07 – 3,76).
El riesgo de ataque cardíaco aumentó un 95% durante la terapia con abacavir (RRA: 1,95; IC95%: 1,05-3,60; modelo de puntuación de propensión, RRA: 1,95; IC95%: 1,01 – 3,72).
No obstante, también se encontraron pruebas de que este mayor riesgo de ataque al corazón persistió después de haber interrumpido el tratamiento con el fármaco (RRA: 2,37; IC95%: 0,88 – 6,36; modelo de puntuación de propensión, RRA: 2,37; IC95%: 0,82 – 6,85).
Algunos investigadores y médicos han sugerido que la relación de abacavir con el ataque cardíaco podría ser el resultado de un denominado “sesgo de canalización”. Esto supone que a los pacientes con factores previos de riesgo de sufrir ataque al corazón (como por ejemplo los que tienen lipodistrofia o mantienen un mal nivel de adhesión) se les ofreció iniciar el tratamiento, o cambiarlo, a abacavir por sus beneficios para las personas con estas características.
No obstante, los resultados del estudio danés no respaldan esta teoría. Los autores descubrieron que los riesgos de padecer un ataque al corazón fueron similares en los pacientes que empezaron el tratamiento anti-VIH con abacavir y los que cambiaron a una terapia con este fármaco.
“Confirmamos los hallazgos del estudio D:A:D respecto a la existencia de un mayor riesgo de infarto de miocardio [ataque al corazón] tras el inicio de la terapia con abacavir”, comentan los investigadores.
“En conclusión -escriben- los hallazgos de este estudio (…) sugieren que el uso de abacavir está relacionado con un mayor riesgo de infarto de miocardio. Son necesario más estudios para cuantificar esta asociación y descartar cualquier posible factor de confusión aún no determinado”.
Referencia: Obel, N et al. Abacavir and risk of myocardial infarction in HIV-infected patients on highly active antiretroviral therapy: a population-based nationwide cohort study. HIV Medicine. 2010; 11: 130-136.
Traducción: Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt).
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