La grasa abdominal viscerales un tipo de grasa que se acumula dentro del abdomen, alrededor de órganos como el hígado, el corazón o los músculos.
- A diferencia de la grasa que se ve bajo la piel, esta no siempre es visible, pero puede ser más peligrosa.
¿Por qué preocupa especialmente en personas con VIH?
- Porque aumenta de manera clara el riesgo de problemas de salud, como diabetes, enfermedades cardiovasculares y fragilidad física.
- En otras palabras, no solo cambia el aspecto del cuerpo, también afecta al funcionamiento de órganos vitales y a la calidad de vida.
¿Tiene relación con la lipodistrofia de los años noventa?
- Sí, aunque no son lo mismo. En aquella época, algunos medicamentos producían cambios muy visibles: pérdida de grasa en brazos, piernas o cara y acumulación en el abdomen.
- Aunque los tratamientos actuales son más seguros, la grasa abdominal visceral sigue siendo común en muchas personas con VIH, incluso en quienes reciben la terapia más moderna
¿A quién afecta más?
- Puede aparecer en cualquier persona con VIH, pero el riesgo crece con la edad.
- A menudo se asocia también a otros problemas, como la acumulación de grasa en el hígado (esteatosis) o en los músculos (mioesteatosis), lo que aumenta todavía más el riesgo cardiovascular.
¿Qué han mostrado los estudios?
- Un ejemplo es el estudio VAMOS, que analizó a 170 personas con VIH en tratamiento estable. Más de la mitad tenían exceso de grasa visceral.
- Además, quienes la presentaban mostraban más alteraciones en la glucosa, en los lípidos y un mayor riesgo estimado de problemas de corazón en los próximos diez años.
¿Qué opciones de tratamiento existen?
Algunas terapias ya están mostrando resultados prometedores.
- La tesamorelina, un medicamento que actúa sobre la hormona de crecimiento, reduce la grasa visceral sin empeorar la pérdida de grasa en otras partes del cuerpo y, además, ayuda a aumentar la masa muscular.
- Los agonistas del receptor GLP-1, usados en obesidad y diabetes tipo 2, también reducen la grasa visceral, aunque en personas con VIH su uso plantea dudas porque pueden disminuir el tejido magro y agravar la pérdida muscular.
¿Cómo se puede detectar la grasa visceral?
- No siempre se nota a simple vista. Muchas personas con VIH tienen un peso parecido al de la población general, lo que puede hacer que pase desapercibida.
- Por eso los especialistas recomiendan controles sencillos, como medir la circunferencia de la cintura o la relación cintura-cadera.
¿Cuál es el mensaje principal?
- La grasa abdominal visceral no debe considerarse un efecto inevitable del tratamiento ni un problema menor. Existen herramientas de prevención y terapias que pueden ayudar a reducirla.
- Atender este aspecto puede ser decisivo para lograr un envejecimiento saludable en las personas con VIH, de la misma manera que las estatinas están transformando la prevención cardiovascular.
Fuente: Healio / Elaboración propia (La Noticia del Día de gTt-VIH 03/09/2025).
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