Se relaciona un gen con el desarrollo de neuropatía periférica

La acumulación de hierro reduciría el riesgo en personas con VIH en tratamiento

Juanse Hernández
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Cada vez son más los estudios que utilizando la genética intentan averiguar qué factores preexistentes en la personas con VIH hacen que éstas sean más propensas al éxito de un tratamiento o al desarrollo de un efecto secundario de un determinado fármaco.

Este mismo principio es el que se ha utilizado en un estudio publicado en la edición del 13 de julio de AIDS, según el cual las personas portadoras del gen que causa hemocromatosis –trastorno genético que provoca acumulación de niveles elevados de hierro en el cuerpo– tienen un riesgo reducido de desarrollar neuropatía periférica mientras toman terapia antirretroviral.

La neuropatía periférica es un entumecimiento y dolor en las extremidades, especialmente en los pies, que está causado tanto por el mismo VIH como por el uso de ciertos análogos de nucleósido (ITIN). Se sabe que esta afección está provocada por el daño que se produce en las mitocondrias de las células nerviosas, la central energética de las células.

Puesto que los niveles bajos de hierro son un factor de riesgo para el desarrollo de la neuropatía periférica y el hierro es necesario para que la mitocondria funcione correctamente, un grupo de investigadores se propuso determinar si el gen de la hemocromatosis se relaciona con la neuropatía en pacientes que toman terapia antirretroviral.

Para ello, los investigadores analizaron los genes de la hemocromatosis de 507 personas con VIH que estaban participando en el estudio ACTG 384, un ensayo clínico que comparaba diferentes combinaciones de tratamiento en pacientes que nunca habían tomando medicamentos antirretrovirales. A los pacientes se los distribuyó de forma aleatoria para recibir o ddI con d4T o AZT con 3TC, junto con efavirenz, nelfinavir o con ambos.

Un total de 147 personas (29%) desarrolló neuropatía periférica, de los cuales 108 (73%) estaban tomando la combinación ddI y d4T. Los investigadores compararon la estructura genética de las personas con y sin neuropatía y hallaron que en general, el número de portadores del gen era similar en los dos grupos de pacientes.

Sin embargo, un análisis multivariable restringido a las personas que siempre habían tomado d4T y ddI reveló que el gen se relacionó con un riesgo reducido de neuropatía periférica (cociente de probabilidades, OR, 0,30; p=0,042). En este análisis se tuvieron en cuenta la edad, raza, gravedad de la enfermedad y los otros medicamentos antirretrovirales que las personas estaban tomando.

En total, 47 (9%) de los pacientes eran portadores de una copia de la variante genética, llamada C282Y, y una copia normal del gen, pero ningún paciente tuvo dos copias.

La relación todavía fue más pronunciada cuando los investigadores restringieron su análisis a las personas blancas del estudio (cociente de probabilidades, OR, 0,17; p=0,021). Mientras que un 10% de los caucásicos tienen la variante genética C282Y, sólo un 2-3% de los afro-americanos la tienen.

Los autores ofrecen en su artículo algunas posibles explicaciones a este fenómeno. Aunque los portadores del gen defectuoso no desarrollan hemocromatosis, sí experimentan elevaciones suaves en el almacenamiento de hierro y alteraciones en el metabolismo de ese mismo mineral. Estos niveles elevados de hierro podrían atenuar el daño mitocondrial en las células nerviosas al alterar los niveles de dicho elemento en éstas, lo que podría prevenir el desarrollo de neuropatía. O los niveles de hierro podrían revertir o prevenir las anomalías causadas por los ITIN en los glóbulos blancos.

Los investigadores también sugieren que controlar los niveles de hierro de las personas con VIH sería útil para determinar si se necesitan suplementos de esta sustancia para reducir el riesgo de neuropatía periférica.

“Éste es el primer estudio que muestra que las mutaciones genéticas que conllevan una sobrecarga de hierro, como la C282Y, se asocian con un riesgo más bajo de neuropatía periférica durante la terapia antirretroviral”, y añaden: “Serán necesarios más estudios, entre los que se incluya el estudio de la correlación entre las reservas de hierro y los indicadores objetivos de gravedad de la enfermedad y neuropatía periférica, para determinar los mecanismos que subyacen en esta asociación”.

También insinúan que la prueba genética con el tiempo permitiría a los médicos predecir qué pacientes están en un riesgo elevado de desarrollar neuropatía periférica, y podría guiar la selección de fármacos: “Este hallazgo tiene implicaciones potenciales para la predicción y prevención de la neuropatía periférica asociada a los ITIN, especialmente en poblaciones en riesgo de déficit de hierro”.

Fuente: AIDSMAP
Referencia: Kallianpur AR et al. Hemochromatosis (HFE) gene mutations and peripheral neuropathy during antiretroviral therapy. AIDS 20: 1503-1513, 2006.

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