La interrupción de tratamientos puede ser útil en niños tratados de forma temprana

Es necesario controlar muy de cerca el descenso de los CD4 sobre todo durante los primeros meses

Marion Zibelli
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Es importante evaluar la viabilidad de la interrupción controlada de tratamientos en niños con VIH. En efecto, las directrices actuales recomiendan el inicio temprano de la terapia antirretroviral de gran actividad (TARGA) en los niños con VIH asintomáticos. Interrumpir el tratamiento durante un tiempo podría significar reducir la toxicidad a largo plazo, y reservar para más tarde las opciones terapéuticas.

Tres estudios realizados en España permiten saber más sobre esta posible estrategia en esta población.

La primera investigación fue llevada a cabo en Barcelona por el equipo de Mónica Marco, e incluyó a dos niños y tres niñas, dos de ellos se habían infectado en el útero y los otros durante el parto. Su porcentaje mediano de CD4 era del 42% (entre el 41% y el 47%) y su carga viral variaba entre 5 y 6,5 log10 copias/ml. Los niños iniciaron TARGA a una edad mediana de 6 semanas (entre 1 y 8).

En tres de los niños la carga viral se volvió indetectable al cabo de entre 8 y 12 semanas. Un niño tuvo que continuar el tratamiento durante un año entero pese a recibir fármacos de las tres clases (ddI+d4T+NVP+NFV). Otro experimentó varios repuntes y recibió tres regimenes TARGA antes de que su carga viral se volviera indetectable (ddI+d4T+NVP, ddI+d4T+3TC+NFV, y AZT+ABC+NVP+NFV) y que interrumpiera la terapia a los 36 meses. Según los autores del estudio, los repuntes se debieron a una pobre adhesión, y no se detectó la presencia de resistencias.

Todos los niños interrumpieron el tratamiento a una mediana de 40 meses (entre 35 y 71), debido, siempre según los investigadores, a una decisión de los padres o una toxicidad leve de los fármacos. Hasta la fecha, todos siguen sin tratamientos, con una duración mediana de 17 meses (entre 2 y 42) y un porcentaje mediano de CD del 35% (entre el 25% y el 51%) y una carga viral mediana de 4,7 log10 copias/ml (entre 3,7 y 5,4).

Los investigadores concluyeron que el inicio temprano de TARGA era seguro y eficaz y permitía una interrupción del tratamiento algunos años más tarde en los niños infectados durante el nacimiento. También observaron menos toxicidad de los fármacos y una mejora en la calidad de vida de los cinco niños.

El segundo estudio, también en Barcelona, presenta los resultados de una observación prospectiva por Claudia Fortuny y sus colegas, de 11 niñas y 3 niños infectados verticalmente. Para participar en el estudio, los niños debían estar recibiendo un régimen TARGA estándar o simplificado de primera línea, tener un virus de tipo salvaje confirmado con una prueba genotípica, haber tenido una carga viral por debajo de 200 copias/ml durante al menos 6 meses, así como un porcentaje de CD4 por encima del 25% para los niños de menos de 12 años y un número de 350 células/mm3 para los adolescentes, durante al menos 6 meses.

Los niños se repartieron en dos grupos. El grupo A comenzó el tratamiento después de la infección aguda, que ocurrió antes de las 8 semanas de edad (n=3), y el grupo B inició TARGA durante la infección crónica (n=11). La edad mediana al inicio del tratamiento era de 5 años en el grupo A y de 12,3 años en el grupo B. Cuando se interrumpió TARGA debido a una decisión de los padres o una toxicidad farmacéutica, los niños habían estado en tratamiento durante una mediana de 4,8 años en el grupo A y 5,2 años en el grupo B, y habían tenido una carga viral indetectable durante 4,3 y 4,8, años, respectivamente.

Tras una mediana de 18 meses (entre 4 y 18), los niños del grupo A seguían sin tratamiento, sin síntomas y con CD4 por encima del 25%. No obstante los autores informan de un descenso de los CD4 durante la interrupción de una mediana de 0,9% y 87 células/mm3 por mes.

En el grupo B, 4 de 11 niños volvieron a comenzar TARGA debido a un descenso importante del porcentaje de CD4 al cabo de 2 meses de interrupción en un caso y del número de CD4 al cabo de 43 meses en otro, a la aparición de una trombopenia (disminución del número de plaquetas) a los 2 meses en otro caso, y a la progresión de la infección por virus de la hepatitis C al cabo de 36 meses en otro caso. Según los autores, la respuesta virológica e inmunológica volvió a ser buena al cabo de una mediana de 3 meses.

En el grupo B, los autores informan de un aumento mediano de CD4 del 0,7% y 15 células/mm3 por mes. También observaron una mejora de la calidad de vida y una disminución de la toxicidad de los fármacos, y concluyeron que la interrupción podría ser útil sobre todo en el caso de los niños diagnosticados y tratados durante la infección aguda.

A estas conclusiones también llegó el equipo de José Ramos en Madrid, que llevó a cabo un análisis retrospectivo en 16 niñas y 9 niños con VIH de su clínica y en interrupción de tratamiento. Los autores establecieron dos grupos. En el grupo A (n=16) incluyeron a los que habían interrumpido el tratamiento debido a que éste era subóptimo, y en el grupo B (n=9) debido a la toxicidad del tratamiento.

La edad mediana de los niños al interrumpir el tratamiento era de 9,5 años (entre 4 y 19,5), la duración mediana en TARGA era de 37 meses (entre 7 y 92), y el porcentaje de CD4 del 31,5% (entre el 20% y el 47%) y 777 células/mm3 (entre 440 y 1572). El nadir (número más bajo) mediano era del 19% (entre 2% y 34%) y 578 células/mm3 (entre 23 y 2817).

Cuatro niños volvieron a iniciar el tratamiento debido en tres casos a un descenso rápido de los CD4 (por debajo o del 15%) al cabo de una mediana de 6 meses, y a la aparición de una trombocitopenia y hepatitis C en otro caso.

De forma general, los autores informaron que los niños de su estudio habían permanecido en interrupción de tratamiento durante una duración mediana de 18 meses (entre 16 y 36). También indicaron que habían observado una mejora de la lipoatrofia en 3 niños. Concluyeron que esta estrategia puede ser útil a condición de efectuar control muy de cerca debido al rápido declive de los CD4 observado en los primeros meses.

Fuente: HIV Treatment Bulletin Vol. 7 N. 1/2 (www.i-base.org.uk)
Referencia: Marco M, Fortuny C, Noguera A et al. Response to HAART after vertically transmitted acute HIV infection. 10th European AIDS Conference.
November 2005, Dublin, Ireland. Abstract PE15.2/9.
Fortuny C, Noguera A, Marco M. Treatment interruption in HIV infected children on first line HAART regimens and undetectable viral load.
10th European AIDS Conference. November 2005, Dublin, Ireland. Abstract PE15. 2/10.
Ramos JT, Drummond T, Garrido-Lestache E et al. Outcome of antiretroviral treatment interruptions in HIV infected children. 10th European
AIDS Conference. November 2005, Dublin, Ireland. Abstract PE15.2/5.

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