Especial CROI 2007: Vuelta a lo básico

Un repaso al programa de la CROI 2007 pone en evidencia las tendencias de cambio de foco en la agenda de investigación del VIH en los últimos años.

Núria Rodríguez y Joan Tallada, desde Los Ángeles, EE UU.
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Ayer domingo 24 de febrero de 2007 a las 6 de la tarde, dos acontecimientos simultáneos han tenido lugar en la estadounidense ciudad de Los Ángeles. Los dos fenómenos tienen en común que han atraído a personas motivadas desde todo el planeta, despiertan cada vez que se celebran mucha expectativa –en su campo- pese a que de forma reiterativa las previsiones sólo se cumplen parcialmente y ambos eventos acaban por impactar sobradamente, de una manera u otra, la vida de millones de personas. Pero aquí se acaban las coincidencias.

En el momento en que los suscriptores a La Noticia del Día leáis estas líneas ya se sabrá si Penélope Cruz ha logrado la proeza de arrebatar el Oscar a Hellen Mirren, si El Laberinto del Fauno salva el recio honor hispánico o si el retorcido, bellísimo aunque algo desequilibrado poema de furia y sonido que es Babel galvaniza el espaldarazo a la creación cinematográfica de origen mexicano.

A la misma hora que medio mundo estará pendiente de conocer a quién se agracia con la arbitrariedad de la fama, unos pocos miles de científicos, profesionales de la salud, autoridades sanitarias, representantes de compañías farmacéuticas y miembros de la comunidad del VIH, también llegados de todos los rincones, asistiremos -no tan lejos del Teatro Kodak donde se conceden los premios de la Academia de Hollywood- a la ceremonia de inauguración de la XIV Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas, popularmente conocida por su acrónimo en inglés, CROI.

Una ceremonia se transmite en directo por decenas de televisiones mundiales. La otra sólo es accesible por internet, y en diferido. Una congregación va a rendir pleitesía a las múltiples formas del deseo, la otra se enreda en los entresijos de conocimientos, valores e intereses que rodean la obcecación por preservar formas de vida humana.

No os vamos a ocultar que la sensación es extraña, una de esas paradojas que te ofrece el devenir de las cosas y ante la que no sabríamos muy bien qué hacer si no es concentrarnos en el trabajo para hacerlo lo mejor posible e intentar reprimir el desasosiego que genera esta obscena y lacerante inversión de las prioridades éticas y morales en la sociedad contemporánea.

Así que a lo nuestro. Un repaso al programa de la CROI 2007 pone en evidencia las tendencias de cambio de foco en la agenda de investigación del VIH en los últimos años, que si bien sólo se atisbaban en ediciones anteriores, ahora son abiertamente palpables.

De entrada llama la atención el aumento espectacular en la denominada ciencia básica, esto es, la que agrupa la inmunología, la virología, la patogénesis , y los mecanismos de transmisión del VIH. Se han multiplicado las sesiones de  comunicaciones orales, los simposios y los pósteres con resúmenes sobre interrelación entre el virus y la célula huésped, el origen y evolución de las variantes virales, la desregulación del sistema inmunitario ante la presencia del VIH, la identificación de función y roles de componentes de este mismo sistema, la detección de factores genéticos en la respuesta al tratamiento antirretroviral (farmacogenómica), la descripción de la evolución viral desde la exposición de riesgo, pasando para la adquisición y llegando hasta la cronificación, y así un largo etcétera.

La razón de esta explosión científica estriba en la llamada para volver a lo básico en la ciencia del VIH que está resonando desde hará algo más de dos años. Hay que recordar que tras 20 años apenas hemos conseguido inhibir la replicación del VIH con medicamentos, pero no eliminarlo ni prevenirlo. La partida se sigue jugando, la expansión de la epidemia no cesa, y el desafío que el SIDA y sus enfermedades asociadas supone para la humanidad no tiene parangón en nuestra historia.

Es necesario comprender más y mejor quién es en realidad el VIH, cuántos y cuáles son sus mecanismos de acción, hasta qué punto y con qué alcance consigue distorsionar el sistema inmunológico y por qué y de qué manera escapa a todos los intentos por frenarlo que hemos llevado a cabo. Se espera que este aumento en la investigación básica sea crucial para la consecución de vacunas y microbicidas y la puesta en práctica de otras nuevas tecnologías de la prevención, para la simplificación del tratamiento antirretroviral muy eficaz en todo lo posible y la obtención de terapias de base inmune realmente efectivas, y para en fin mejorar la esperanza y la calidad de vida de las personas que viven, en cualquier parte del mundo, con VIH. Que así sea.

Precisamente la dimensión global de la pandemia del VIH/SIDA se refleja en otro incremento de sesiones en la CROI de este año: las dedicadas a los países en desarrollo. Las presentaciones no sólo son mucho más numerosas, sino que han pasado de limitarse casi a dar visibilidad al enorme impacto en las regiones más afectadas, que ya nadie discute, a mostrar los datos de la implementación de programas de asistencia y tratamiento en lugares con muy pocos o limitados recursos. Pese a las carencias todavía cuantiosas y de calado, los ensayos rigurosamente implementados en África y Asia, por ejemplo, constituyen la mejor evidencia de que se puede tratar el VIH/SIDA en los lugares más remotos y abandonados, si se quiere.

La parte del programa que corresponde a la ciencia clínica, es decir, el saber sobre cómo tratar del modo más óptimo el VIH, sigue contando con una buena porción del programa, aunque también contiene hay nuevas tendencias destacables.

Bien mirado, realmente sólo contamos con dos nuevos antirretrovirales en puertas: el inhibidor del CCR5 maraviroc de Pfizer y el inhibidor de la integrasa MK-0518 de MSD (damos por descontado darunavir, ya aprobado en Europa y EE UU). De ambos habrá datos relevantes que está previsto despejen su camino hacia la autorización de comercialización. Varios fármacos que les seguían han caído en los últimos meses o bien han quedado paralizados, con la consiguiente pérdida de tiempo. Lo que sigue ya son compuestos en fases muy tempranas aún de experimentación, un inhibidor del correceptor CXCR4 y dos nuevos inhibidores de la integrasa. Os informaremos con detalle de lo que se ofrezca pero contad con que todavía es muy pronto.

Más animación está suscitando el uso nuevo de fármacos ya conocidos. En concreto, los estudios de inhibidores de la proteasa potenciados por ritonavir empleados en monoterapia van a dar que hablar. La carrera la encabeza lopinavir (Kaletra®), y se presentan varios estudios en esta CROI, algunos con resultados llamativos.

Sobre los antirretrovirales ya existentes hay también una cantidad apreciable de estudios de farmacocinética, con especial énfasis en niveles de medicación durante el embarazo. Aunque llegan un poco tarde, son bienvenidos.

Por el contrario, hay un notable descenso de los resúmenes de trabajos centrados en enfermedades oportunistas, excepción hecha de la tuberculosis y de las hepatitis virales, y en efectos secundarios, si dejamos de lado las complicaciones metabólicas. La tuberculosis es la principal causa de mortalidad de las personas que viven con VIH en todo el mundo, y su prevención y tratamiento suponen un importante reto, especialmente en los países en desarrollo. Las hepatitis virales (B y C) constituyen una fuente de crecientes complicaciones en el manejo de la infección por VIH, y su prevalencia es muy alta el sur y este de Europa (C), y en amplias zonas de As
ia (B). De hecho, el fallo hepático se está convirtiendo en una de las principales causas de fallecimiento de personas que viven con VIH en amplias zonas geográficas, incluido nuestro país.

Éste es un muy somero resumen de lo que vamos a ver en la CROI durante la semana. La cantidad de información va a ser ingente, y los ecos se proyectarán durante bastantes días más allá de la celebración, como la entrega de los Oscar. No tiene su brillo, pero, creednos, es infinitamente más importante.

Elaboración Propia.

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