Un estudio colaborativo llevado a cabo por investigadores de las universidades de Rochester y Colorado, junto con la Clinical Directors Network de Nueva York (EE UU), cuyos resultados se publicaron en la revista PEC Innovation, ha revelado que la educación entre pares con el VIH puede ser un poderoso medio para empoderar a las personas y resulta efectivo tanto para mejorar la salud de los pacientes con los que se comparten los conocimientos como para el bienestar de las propias personas que los comparten.
En la actualidad, es cada vez más común que los estudios de investigación sobre el VIH involucren a personas seropositivas para que desempeñen roles de educadores entre los participantes del estudio. Estas intervenciones que incluyen a pares han mostrado entre los participantes mejoras significativas en varios aspectos de la salud, como tasas de pruebas del VIH más altas, una mayor adherencia al tratamiento, un mejor entendimiento de la salud y una mayor adhesión a prácticas de prevención.
Para comprender mejor por qué esta estrategia es efectiva, los investigadores han recurrido a la Teoría del Aprendizaje Social (SLT, por sus siglas en inglés). Según esta teoría, las personas que observan y practican un comportamiento socialmente, siguiendo los principios de atención (prestar atención al comportamiento relevante), retención (memorizar información), reproducción (ser capaz de poner en práctica el comportamiento observado) y motivación (tener una razón para querer llevar a cabo ese comportamiento), tienen más probabilidades de adoptar ese comportamiento por sí mismas y mejorar su autocuidado.
Además, aquellos que actúan como pares también experimentan beneficios personales, como un mayor sentido de empoderamiento, autoestima, desarrollo de habilidades laborales y una ampliación de su red de apoyo social. Esta colaboración entre personas que comparten experiencias no sólo beneficia a quienes reciben orientación, sino que también fortalece a quienes la brindan, creando un círculo de apoyo mutuo y empoderamiento en la comunidad de personas con el VIH.
Para evaluar si la participación continua de personas en sesiones de capacitación sobre salud relacionada con el VIH afectó a sus propios comportamientos relacionados con el VIH, se reclutaron cuatro participantes y se les realizó un seguimiento durante tres años. Una de los cuatro era mujer y el resto hombres. Su edad media fue de 54 años y dos de ellos eran negros, uno blanco y otro hispano no blanco.
Se utilizaron datos obtenidos del estudio GREAT, que investigó el impacto de una intervención dirigida por pares en el conocimiento, las habilidades y la confianza de las personas con el VIH en la gestión de su propia salud, para comparar los resultados con los obtenidos con los cuatro pares. Se emplearon escalas de medición para evaluar el grado autogestión en su propia salud y atención sanitaria y la autoeficacia en la adherencia al tratamiento. Los cuatro participantes completaron encuestas cada tres meses y participaron en un total de cinco sesiones de capacitación con personas que vivían con el VIH de diversos estudios.
Los compañeros compartieron ejemplos relacionados con los cuatro principios del SLT (atención, retención, reproducción y motivación) mientras reflexionaban sobre su experiencia al dirigir las sesiones de capacitación. Todos los compañeros destacaron la importancia de prestar atención y aprender el material. Varios expresaron su preocupación acerca de que los participantes del estudio no prestaron atención durante las sesiones de capacitación. Se consideró que prestar atención y permanecer concentrados en la tarea resultaban fundamentales para la misión del estudio.
Para ayudar a los participantes a retener el material de formación, los participantes usaron distintas estrategias, como el uso de señales o gestos. Además, los cuatro participantes coincidieron en que la mejor manera de poder educar sobre el VIH era comportase como un modelo a seguir. Un ejemplo de esto fue un participante que dejó de fumar como un comportamiento positivo para tener una mejor calidad de vida.
Los compañeros del estudio a menudo encontraron motivación al ayudar a los participantes de las sesiones de capacitación. Destacaron que se sentían bien al poder devolver algo a las personas de su comunidad que probablemente necesitaban más ayuda. Cada uno compartió historias sobre su satisfacción al ayudar a los participantes que tenían dificultades para usar la tecnología, mantenerse al día con el material o llenar vacíos sociales.
Cuando se examinaron los resultados de las encuestas sobre la gestión de la salud y la adherencia al tratamiento, se observó que los pares obtuvieron calificaciones más altas en la gestión de su salud en comparación con los participantes del estudio GREAT. Sin embargo, no se hallaron diferencias significativas en la adherencia al tratamiento, a pesar de que todos lograron mantener una supresión viral durante los tres años de investigación.
Los autores del estudio enfatizaron en sus conclusiones que estos descubrimientos sugieren que la educación entre pares puede ser un medio efectivo para empoderar a los pacientes, lo que a su vez puede mejorar sus resultados de salud. Este enfoque podría ser escalable y sostenible, beneficiando tanto a los pacientes como a quienes brindan la educación entre pares.
Fuente: NIH / Elaboración propia (gTt-VIH).
Referencia: Sanders M, et al. Physical and psychosocial impact on peers with HIV co-leading an HIV intervention: A pilot theory-guided case-study. PEC Innov. 2023 Published online
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