Un estudio estadounidense presentado en la Semana de las Enfermedades Infecciosas (IDWeek 2023), celebrada la semana pasada en Boston (EE UU), ha concluido que las personas de etnia negra con el VIH tienen el triple de probabilidades de un mal control de la hipertensión arterial a pesar de tomar un tratamiento antihipertensivo de máxima intensidad. Por otra parte, el elevado estrés percibido fue un factor que aumentó 3,5 veces el riesgo de un mal control de la hiperlipidemia (niveles elevados de grasa en sangre) a pesar de recibir tratamiento de máxima intensidad para controlarla.
Diferentes estudios han evidenciado que las personas con el VIH corren un mayor riesgo de desarrollar patologías cardiovasculares y también tienen una mayor tasa de factores de riesgo de enfermedad cardiaca (véase La Noticia del Día 23/06/20). Además, hay que señalar que las personas con el VIH suelen recibir un tratamiento subóptimo para la hipertensión arterial y la hiperlipidemia, a pesar de ser factores clave del riesgo de cardiovascular.
Para profundizar más en esta cuestión, un equipo de investigadores de la Universidad de Duke en Durham (Carolina del Norte, EE UU) llevó a cabo un estudio para analizar el control de la hipertensión arterial y la hiperlipidemia en personas con el VIH (deficiente o adecuado), así como la intensidad del tratamiento que recibían para dichas afecciones (mínimo o máximo).
Para el estudio se seleccionó a 371 participantes con el VIH procedentes de una clínica de Durham (Carolina del Norte) y dos clínicas de Cleveland (Ohio).
Los investigadores plantearon la hipótesis de que las personas con el VIH con perfiles adversos en determinantes sociales de la salud tendrían más probabilidades de pertenecer al grupo de control deficiente con tratamiento mínimo para la hipertensión arterial y la hiperlipidemia. De este modo, se centraron para su análisis en una serie de determinantes sociales de la salud, tales como raza, sexo, medidas de estabilidad económica, nivel educativo, seguro médico, alfabetización en salud, índice de privación social por código postal y medidas de estrés psicosocial.
En el estudio, la mediana de edad se situó en 59 años, el 77% eran hombres, el 60% negros, el 34% blancos, el 4% multirraciales y el 7% hispanos. Una gran mayoría (94%) tenía una carga viral indetectable. Un alto porcentaje del grupo de estudio tenía seguro médico (95%), alfabetización media-alta en temas de salud (96%) y vivienda permanente (88%). Fracciones más bajas, pero aún mayoritarias, tenían seguridad económica (72%) y al menos algunos estudios universitarios (65%).
A partir de los aspectos examinados en el estudio -control de la hipertensión arterial y la hiperlipidemia y la intensidad del tratamiento para estas afecciones-, se establecieron cuatro resultados posibles: control deficiente con tratamiento mínimo, control deficiente con tratamiento máximo, control adecuado con tratamiento mínimo y control adecuado con tratamiento máximo.
La regresión logística multinomial que se ajustó por edad, sexo y raza determinó que el hecho de ser de raza negra triplicaba con creces el riesgo relativo de mal control de la hipertensión arterial a pesar de administrar un tratamiento de máxima intensidad (cociente de riesgos relativos [CRR]: 3,11; intervalo de confianza del 95% [IC95%]: 1,35 – 7,15). Sin embargo, el hecho de ser de raza negra no afectaba al riesgo de un mal control de la hipertensión arterial en las personas que recibían un tratamiento mínimo para esta afección.
Las personas con un alto estrés percibido (por encima del percentil 75) presentaban un riesgo relativo 3,5 veces mayor de mal control del colesterol a pesar del tratamiento máximo de la hiperlipidemia (CRR: 3,51; IC95%: 1,13 – 10,9). El tratamiento máximo de la hiperlipidemia implicaba el uso de una estatina de intensidad moderada a alta.
Los investigadores sugirieron que sus hallazgos respaldan las idea de que la etnia negra o el alto estrés percibido influyen en los principales factores de riesgo de enfermedad cardiovascular en personas con el VIH -hipertensión e hiperlipidemia-, incluso cuando las personas reciben un tratamiento máximo para la hipertensión arterial y la hiperlipidemia. Propusieron que estos dos hallazgos planteaban otras cuestiones, que deberían abordarse en el futuro, como el nivel de influencia de la dieta en la relación entre la percepción del estrés y el control del colesterol o si la relación entre la raza negra y el control de la hipertensión arterial estaba mediada por la elección del régimen antihipertensivo o el compromiso con atención médica.
No obstante, los investigadores advirtieron de que la muestra de su estudio era pequeña y podría no representar a otros grupos de población con el VIH, dada su alta alfabetización en salud y las elevadas tasas de seguros médicos de los participantes. Además, el estudio se basó en informes autocumplimentados para medir la adherencia al tratamiento, lo que puede suponer un sesgo en los resultados obtenidos.
Fuente: NATAP / Elaboración propia (gTt-VIH).
Referencias: Cutshaw MK, Jones K, Okeke NL, Longenecker C. Social determinants of cardiovascular disease risk factor control among people living with HIV. IDWeek 2023, October 11-15, 2023, Boston.
Levy PD, Willock RJ, Burla M, et al. Total antihypertensive therapeutic intensity score and its relationship to blood pressure reduction. J Am Soc Hypertens. 2016; 10: 906-916. doi: 10.1016/j.jash.2016.10.005.
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