Sutezolid es un medicamento muy prometedor para tratar la tuberculosis resistente a fármacos con una alta actividad bactericida. A diferencia de linezolid, fármaco ya aprobado de la misma familia, sutezolid tiene menos efectos secundarios y es más seguro.
El fármaco, desarrollado originalmente por Pzifer, lleva estancado en estudios de Fase IIa varios años. En 2013, la farmacéutica Sequella compró el derecho a desarrollar el medicamento. Sin embargo, la propiedad intelectual del mismo está en manos de la Universidad John Hopkins, reconocida mundialmente por su aportación a la salud pública y a la investigación y desarrollo.
Actualmente la Universidad John Hopkins se haya en conversaciones con Sequella para transferir de forma completa la propiedad intelectual a la farmacéutica. Esto supondría que otras redes de investigación interesadas en el uso de la molécula como la TB Alliance o el Consorcio de Ensayos de Tuberculosis no puedan estudiar Sutezolid. Asimismo, dificultaría el futuro acceso del fármaco a las personas con tuberculosis resistente a fármacos.
Por ello, un grupo de activistas comunitarios formado por Médicos sin Fronteras; Grupo de Acción en Tratamiento (TAG, por sus siglas en inglés); la Alianza de Universidades a favor de las Medicinas Esenciales; y el Comité Asesor Comunitario Internacional en Tuberculosis (TB CAB, por sus siglas en inglés) han puesto en marcha una campaña internacional pidiendo a la Universidad John Hopkins que garantice el acceso al fármaco. Ya en mayo 2015, el grupo de activistas enviaron una carta al equipo directivo de la Universidad John Hopkins y en agosto iniciaron una recogida internacional de firmas.
Así, la comunidad pide que el acuerdo sobre la propiedad intelectual de sutezolid permita a otras entidades que trabajan en salud pública la investigación del fármaco como parte de nuevos regímenes más seguros y eficaces contra la tuberculosis resistente. Además, se solicita que los acuerdos tanto con Sequella como con otras farmacéuticas sean públicos ya que corresponden al desarrollo de moléculas financiado con dinero público.
La necesidad de nuevos fármacos más seguros y eficaces y con menos efectos secundarios es lo que mueve a este grupo de entidades a pedir que la licencia de sutezolid sea lo más transparente y beneficiosa posible para los pacientes. Actualmente, una persona con tuberculosis resistente ha de recibir tratamiento durante dos años, incluyendo ocho meses de inyecciones diarias. Esto implica un total de 14.600 pastillas en total. Aun así, la tasa de curación es muy baja y los efectos secundarios incluyen pérdida de audición, náuseas, decoloración de la piel, psicosis o neuropatía periférica. Sutezolid, a la luz de los resultados observados en Fase I y IIa, ha mostrado que podría implicar una significativa mejora en las tasas de curación y reducir los efectos secundarios.
Según la coordinadora del proyecto de VIH/Tuberculosis de TAG, Lindsay McKenna: “Johns Hopkins se encuentra en una posición única para asegurar el desarrollo responsable y posterior acceso a sutezolid. Como institución pública comprometida con la innovación y la salud mundial, deben ser transparentes en las negociaciones y abordar las preocupaciones planteadas por la comunidad de la tuberculosis acerca de lo que una licencia exclusiva podría significar para los pacientes en desesperada necesidad de mejores tratamientos”.
Hasta la fecha se han conseguido 617 firmas de organizaciones y personas individuales. Se puede firmar la petición en https://uaem.wufoo.com/forms/z1dxtbgq0ieib3a/
Fuente: Elaboración propia (gTt-VIH)
Referencia: Carta a John Hopkins de Universities Allied for Essential Medicines, Treatment Action Group (TAG) , Médicos sin Fronteras y International Tuberculosos Community Advisory Board (TB CAB)
Comunicación personal con Lindsay McKenna y Erica Lessem, de TAG, y promotoras de la iniciativa.
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