Un estudio realizado en China ha analizado datos procedentes de “entornos reales” que demuestran que la terapia antirretroviral reduce el riesgo de transmisión del VIH en parejas heterosexuales. La investigación retrospectiva, que fue publicada en The Lancet, demostró que la posibilidad de transmitir el virus se redujo en un 26% en parejas serodiscordantes en las que el miembro con VIH estaba tomando tratamiento antirretroviral, en comparación con las parejas serodiscordantes en las que la persona con VIH no recibía terapia.
Gracias a la terapia antirretroviral, muchas personas con VIH pueden disfrutar en la actualidad de un pronóstico casi normal. Sin embargo, este tratamiento también ofrece otro importante beneficio: el de prevenir la transmisión del virus a terceros. A pesar de que ya se sospechaba que esto era así, la prueba definitiva se produjo con los hallazgos del ensayo HPTN 052, que demostraron que una terapia eficaz era capaz de reducir el riesgo de transmisión en parejas heterosexuales serodiscordantes hasta en un 96% (véase La Noticia del Día 19/07/2011).
A partir de estos resultados y de otros similares procedentes de estudios observacionales, la Organización Mundial de la Salud (OMS) hoy en día defiende la política de proporcionar terapia antirretroviral con independencia del recuento de CD4 para todas las personas con VIH que se encuentren en una relación heterosexual serodiscordante.
No obstante, el impacto del uso del tratamiento antirretroviral como prevención en entornos con recursos limitados fuera del contexto de los ensayos clínicos distaba mucho de estar claro. Por este motivo, un equipo de investigadores de China decidió realizar un análisis retrospectivo en el que se compararon las tasas de transmisión del VIH en parejas serodiscordantes en función del uso de la terapia antirretroviral.
En dicho estudio se incluyeron 38.862 parejas serodiscordantes, de las que se obtuvieron datos equivalentes a 101.295 persona-años de seguimiento. De ellas, se comprobó que había 24.057 parejas en las que la persona con VIH estaba tomando terapia antirretroviral.
Las actuales directrices de tratamiento en China recomiendan el inicio de la terapia anti-VIH a todas las personas que hayan enfermado debido al virus o si presentan un recuento de CD4 inferior a 350 células/mm3.
La tasa de transmisión del virus de la inmunodeficiencia humana en las parejas en la que la persona con VIH tomaba terapia antirretroviral fue de 1,3 por cada 100 persona-años, significativamente menor que la de 2,6 por cada 100 persona-años detectada en las parejas en las que la persona seropositiva no seguía tratamiento.
A partir de estos datos, se determinó que la terapia antirretroviral redujo el riesgo de transmisión en un significativo 26% (cociente de riesgo ajustado [CRA]: 0,74; intervalo de confianza del 95% [IC95%]: 0,65 – 0,84; p <0,0001).
Sin embargo, el impacto del tratamiento sobre las tasas de transmisión fue significativamente menor que el observado en el estudio HPTN 052, y los autores creen que se debe a diversos factores, como la falta de adhesión al tratamiento o la aparición de resistencias. En este sentido, recuerdan que el estudio empleó datos recopilados desde 2003, cuando en China se utilizaban regímenes de tratamiento mucho peor tolerados.
Los autores también señalan que la terapia de segunda línea aún no está disponible de forma generalizada en todas las provincias chinas y que análisis anteriores del programa de tratamiento de ese país evidenciaron que la mitad de los pacientes que hacía cinco años que tomaban antirretrovirales habían tenido un fracaso del tratamiento, es decir, habían experimentado un descenso del nivel de CD4 de al menos un 30% después del aumento inicial, lo que refleja el fracaso terapéutico en ausencia de un seguimiento de la viremia.
Los investigadores hicieron referencia a otro estudio chino, que examinó las respuestas a la terapia y que reveló que, como mínimo, la tercera parte de las personas tratadas durante al menos dos años habían experimentado un fracaso virológico del tratamiento, lo que supone un mayor riesgo de transmisión a pesar de la terapia.
En conjunto, estos ejemplos sugieren la existencia generalizada de estándares subóptimos de tratamiento antirretroviral en China. Aunque los datos acerca de la transmisión a la pareja reflejados en este estudio se refieren a experiencias en entornos reales, es posible que los resultados no sean generalizables a entornos donde se han alcanzado estándares mucho más elevados, tanto en entornos ricos en recursos como en países de ingresos bajos y medios.
El tratamiento redujo el riesgo de transmisión en el primer año de terapia (CRA: 0,64: IC95%: 0,54 – 0,76), pero no el segundo (CRA: 0,75; IC95%: 0,56 – 1,01) ni los siguientes. En todos los grupos de más de un año de tratamiento, el tamaño de muestra fue notablemente menor que la cohorte tratada durante un año, lo que limita la solidez de los datos.
El efecto protector del tratamiento también varió según el grupo de riesgo de VIH y fue mayor cuando la pareja seropositiva había adquirido la infección debido a transfusiones de plasma o productos sanguíneos (CRA: 0,76; IC95%: 0,59 – 0,99) o bien relaciones heterosexuales (CRA: 0,69; IC95%: 0,56 – 0,84).
Sin embargo, la terapia antirretroviral no redujo el riesgo de transmisión cuando la pareja con VIH se había infectado a través del uso de drogas inyectables (CRA: 0,98; IC95%: 0,71 – 1,36). El tamaño de muestra fue inadecuado para arrojar una prueba robusta respecto a la eficacia del tratamiento como prevención cuando la pareja masculina con VIH se infectó a través de las relaciones sexuales con otro hombre.
Los autores consideran que el hecho de que sus resultados indiquen una reducción significativa del 26% en el riesgo de transmisión del VIH en condiciones reales en un país en vías de desarrollo sugiere que esta estrategia de salud pública es factible a escala nacional y viene a respaldar la recomendación de la OMS del tratamiento como prevención. Con todo, afirman que su análisis no despeja dudas sobre la duración de esta protección con el tiempo o si estos resultados son generalizables o no a otros grupos de riesgo, como los usuarios de drogas inyectables. En consecuencia, estas cuestiones han de estudiarse con más profundidad para determinar hasta qué punto puede implementarse este enfoque de salud pública de tratamiento como prevención.
Fuente: Aidsmap.
Referencias: Jia Z, et al. Antiretroviral therapy to prevent HIV transmission in serodiscordant couples in China (2003-11): a national observational cohort study. The Lancet, online edition. Dx.doi.org/10.1016/s1040-6736 (12)1898-4, 2012.
Vermund SH. Treatment as prevention in China. The Lancet, online edition. Dx.doi.org/10.1016/s1040-6736 (12)62005-4, 2012.
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