Un ensayo con ARN de interferencia inhibe la reproducción del VIH en ratones

La técnica se muestra eficaz tanto antes como después de la infección por VIH

Francesc Martínez
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El desarrollo de ARN de interferencia (ARNi) es una original técnica genética (véase Lo Más Positivo 26, “Tratamientos para el siglo XXI (II): La interferencia del ARN”) que consiste en la elaboración artificial y posterior introducción en el organismo de pequeñas secuencias de ARN complementarias a una parte del ácido ribonucleico de un gen. Los ácidos nucleicos (ADN y ARN) forman cadenas lineales compuestas por pequeños “eslabones” (llamados bases nitrogenadas). En el caso del ADN se trata de adenina (A), timina (T), citosina (C) y guanina (G) y, en el caso del ARN, son A, uracilo (U), C y G. Las cadenas lineales de ADN y ARN se pueden unir si estas bases son complementarias. Este hecho viene dado porque A “encaja” en T y C en G (en el ADN), y en el ARN la única diferencia es que A encaja en U en vez de en T (ya que T no existe en el ARN).

En el caso del ADN –que es el depositario de la información genética-, esta complementariedad se utiliza para formar una doble cadena en la que sus bases nitrogenadas encajan. Esta doble cadena protege la información genética y reduce el riesgo de mutaciones y problemas genéticos. En el caso del ARN -el ácido nucleico empleado para transportar la información genética y convertirla en proteínas-, no se forma nunca la doble cadena y, si se forma, unas enzimas intracelulares la detectan y la destruyen (por ser un “elemento extraño para la célula”). Éste es el punto en el que se apoyan las técnicas de ARNi, que crean ARN complementarios al gen para que formen pequeñas dobles cadenas de ácido ribonucleico que las enzimas detecten y destruyan. Este proceso inutilizaría el gen.

Esta técnica, ya empleada en Vitravene®, un medicamento contra la retinitis por citomegalovirus, está siendo estudiada en una nueva molécula que podría ser útil en el tratamiento de la infección por VIH. La nueva molécula, desarrollada por científicos de la Universidad de Harvard (EE UU), ha proporcionado resultados positivos en ensayos preclínicos desarrollados con ratones. Se trata de una molécula que inhibe un gen que genera una proteína de superficie de las células T que el VIH utiliza para su entrada en las células CD4.

El punto más difícil del uso de estas moléculas radica en cómo dirigirlas hasta el interior de las células CD4 de forma específica. Los investigadores resolvieron este problema de forma elegante: acoplando el ARNi a un anticuerpo específico dirigido contra el receptor CD7 (presente sólo en los linfocitos CD4 y CD8, por lo que su especificidad es elevada).

Los ratones utilizados en el estudio eran de tipo “humanizado”, es decir, que tenían células humanas en su cuerpo, introducidas mediante técnicas genéticas. Este hecho convierte el ensayo en más extrapolable a estándares humanos, si bien hay que ser precavido porque los estudios en animales, aunque estén “humanizados”, nunca son comparables a los ensayos clínicos en humanos.

Una vez administrada la molécula a los ratones, mediante su inyección en el torrente sanguíneo, se les introdujo el VIH. El equipo de expertos describió que no se produjo la usual destrucción de células T y que se evitó la propagación de los virus. Los ratones tratados con la nueva molécula tenían una carga viral despreciable y sus células CD4 fueron preservadas. Además, los investigadores realizaron un segundo experimento en el que la molécula se introdujo tras la infección. También en este caso se observó una inhibición de la reproducción del VIH y de la destrucción de linfocitos CD4.

A pesar de estos prometedores resultados, hay que ser cauteloso y tener en cuenta que muchos fármacos que funcionan en la fase preclínica después no pueden superar la fase clínica por falta de eficacia en humanos o por toxicidad. Aun así, esta molécula podría abrir la puerta a una nueva familia de fármacos anti-VIH, lo que siempre debe acogerse de forma positiva.

Fuente: Cadenaglobal.com / Elaboración propia.

Referencia: Kumar P, Ban HS, Kim SS, Wu H, Pearson T, Greiner DL, et al. T cell-specific siRNA delivery suppresses HIV-1 infection in humanized mice. Cell. Aug 22, 2008; 134(4): 577-586. [Epub Aug 7, 2008.]

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