Un estudio estadounidense publicado en Transplantation Direct ha concluido que la supervivencia tras un trasplante hepático ha aumentado significativamente en personas coinfectadas por el VIH y el virus de la hepatitis C (VHC) tras la llegada y uso extendido de los antivirales de acción directa (DAA, en sus siglas en inglés) frente al virus hepático.
Debido a que el daño hepático progresa más rápidamente en personas coinfectadas por VIH y VHC que en aquellas monoinfectadas por VHC, las personas coinfectadas tienen una mayor probabilidad de evolucionar a enfermedad hepática terminal y requerir un trasplante hepático. Antes de la introducción de los DAA, las personas coinfectadas por VIH y VHC tenían peores resultados tras el trasplante que aquellas con únicamente el VHC. Sin embargo, el cambio de paradigma que supuso la llegada de los DAA, con altísimas tasas de curación del virus hepático con ciclos de tratamiento cortos ha generado un cambio de paradigma total, lo cual debería tener repercusión en los resultados tras el trasplante de personas coinfectadas que han logrado eliminar el VHC con los DAA.
Para arrojar más luz a este asunto, los autores del presente estudio analizaron los casos registrados en la base de datos de trasplantes de EE UU para establecer si los resultados tras el trasplante hepático en personas con el VIH y el VHC habían mejorado tras la introducción de los DAA.
En el estudio se compararon los resultados del trasplante hepático en personas con el VIH (con o sin coinfección por el VHC) con los de personas solo infectadas por el VHC y con los de aquellas sin ningún virus. Ello generó varios subgrupos a comparar entre ellos. Las comparaciones se realizaron en dos periodos: era pre DAA (2008-2012) y era post DAA (2013-2019). El año 2013 fue excluido del análisis por estar los DAA todavía en despliegue y con un uso poco consistente a gran escala. Además, en ese año se utilizaron sobre todo los DAA de primera generación, que eran menos eficaces que los aparecidos posteriormente.
Entre 2008 y 2019 se llevaron a cabo 64.860 trasplantes hepáticos en EE UU en personas con estado serológico al VIH conocido. En la era pre DAA se dieron 24.238 trasplantes, de los que 68 tuvieron lugar en personas con VIH y VHC y 49 en personas infectadas solo por el VIH. Los trasplantados con el VIH eran más jóvenes y tenían una lista de espera más corta, mientras que los trasplantados sin el VHC tenían un estado de salud más deteriorado en el momento del trasplante.
Las personas coinfectadas por el VIH y el VHC tenían un riesgo de fracaso del trasplante significativamente superior durante la era pre DAA (cociente de riesgos instantáneos [HR, en sus siglas en inglés]: 1,85; intervalo de confianza del 95% [IC95%]: 1,31-2,59) al observado en aquellas personas sin ninguna infección viral. Esta diferencia significativa desapareció durante la era post DAA, durante la cual, a los tres años del trasplante, el 81% de los receptores del trasplante hepático coinfectados por VIH y VHC seguían vivos y sin haber experimentado rechazo, un porcentaje muy superior al observado en este mismo grupo durante la era pre DAA, donde era del 56% (p= 0,006).
La supervivencia sin rechazo del trasplante a los tres años del mismo durante la era post DAA en personas no coinfectadas fue similar: del 80% en monoinfectados por el VIH, del 83% en monoinfectados por el VHC y del 84% en personas no infectadas por VIH o VHC.
La supervivencia global tampoco difirió entre los grupos: el 84% de las personas coinfectadas, el 81% de aquellas monoinfectadas por el VIH, el 84% de aquellas monoinfectadas por el VHC y el 86% de aquellas sin infecciones víricas seguían vivas a los tres años del trasplante durante la era post DAA.
La supervivencia a los tres años sin rechazo del trasplante durante la era post DAA entre las personas con el VIH que habían recibido un trasplante hepático proveniente de una persona con el VIH fue del 82%, es decir, sin diferencias significativas respecto a lo observado cuando el donante era seronegativo.
Los resultados del presente estudio son muy esperanzadores, ya que evidencian una clara mejora de los resultados tras el trasplante hepático en personas con el VIH y el VHC gracias a los DAA y, además, apuntan hacia una importante viabilidad de los hígados donados por personas con el VIH a personas con el VIH, algo que aumenta la probabilidad de acceder a un órgano para la comunidad VIH positiva a la espera de un trasplante hepático.
Fuente:Aidsmap / Elaboración propia (gTt).
Referencias:Cotter TG et al. “Raising HOPE”: Improved outcomes for HIV/HCV-coinfected liver transplant recipients in the direct-acting antiviral era. Transplantation Direct, 7: e707, 2021.
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