Se estima que el 80% de todas las infecciones por VIH se produce por vía sexual. La transmisión del VIH depende de la capacidad de infección del huésped y de la susceptibilidad de la pareja sexual, y tanto la capacidad de infección como la susceptibilidad pueden variar de forma significativa en el tiempo.
La capacidad de infección puede estar directamente correlacionada con la carga viral en sangre y la carga viral puede actuar como marcador subrogado de excreción de VIH en las secreciones genitales.
La reciente investigación epidemiológica sugiere que las personas con VIH alcanzan su mayor capacidad infección poco después de adquirir el virus, un período a menudo conocido como infección primaria o aguda por VIH. (Sin embargo, una reciente investigación estadounidense sugirió que sólo el 9% de las infecciones se debían a personas con infección primaria. Aunque este modelo reconoció la alta carga viral presente durante la infección primaria, la corta duración de este periodo y el pequeño número de contactos sexuales por persona durante este tiempo limitó la contribución de las personas con infección aguda a la epidemiología del VIH.)
No se han realizado estudios longitudinales de las dinámicas de las excreciones de VIH en el tracto genital durante la infección primaria. Sin embargo, los investigadores han desarrollado recientemente una estrategia de vigilancia que permite la identificación de las personas con infección primaria por VIH incluso antes de que hayan desarrollado anticuerpos del VIH. Esto ha permitido a los médicos detectar un número significativo de pacientes con infección aguda por VIH en el estado de Carolina del Norte (EE UU), así como en Malaui, Suráfrica y Brasil.
Un equipo de investigadores de Carolina del Norte, San Francisco y Malaui diseñó un estudio que contó con hombres identificados con infección aguda por VIH de una clínica de infecciones de transmisión sexual en Malaui. El grupo de investigadores se centró en los cambios de la carga viral de los hombres, en plasma y en las excreciones genitales, tanto con infección aguda como con infección avanzada por VIH.
El estudio se realizó entre febrero de 2003 y octubre de 2004 e incluyó a hombres que acudían a la clínica de enfermedades de transmisión sexual de Lilogue en Malaui. A todos los hombres que acudían a la clínica se les examinó de VIH y otras infecciones de transmisión sexual.
El grupo de investigadores estimó que la fecha de la infección primaria por VIH se produjo dos semanas antes de la aparición de los síntomas del síndrome antirretroviral agudo, que incluye fiebre, dolor de cabeza y dolor muscular y articular.
De los 951 hombres que acudieron a la clínica, 370 (39%) tenían VIH. De éstos, a 16 (2%) se les confirmó que tenían infección aguda por VIH y a 345 (37%), infección crónica por VIH. El estudio prospectivo de los investigadores incluyó a los 16 hombres con infección aguda por VIH y a 25 hombres con infección crónica por VIH. En el momento de la inscripción, el 44% de los hombres con infección aguda por VIH y el 52% de los que tenían infección crónica, tenían gonorrea, uretritis no específica o clamidia.
En el momento de entrar en el estudio, la duración mediana de la infección por VIH de los pacientes con infección aguda se estimó en 28 días. En el examen de la visita inicial, la carga viral en sangre fue significativamente mayor en los hombres con infección aguda por VIH (1.000.000 copias/ml) que en los hombres con VIH crónico (100.000 copias/ml; p=0,01). Una semana después de la inscripción, cuando se obtuvieron las primeras muestras de semen, el grupo de investigadores descubrió que aunque la carga viral media en semen era mayor en los hombres con infección aguda (25.000 copias/ml) que en los que tenían infección crónica por VIH (8.000 copias/ml), la diferencia no fue estadísticamente significativa.
El grupo investigadores calculó que para los hombres con infección aguda, la carga viral en sangre marcó un pico 17 días después de la infección, sobrepasando ampliamente 1.000.000 copias/ml y en semen lo hizo cuatro semanas después de adquirir el VIH, aproximadamente 32.000 copias/ml. A continuación, las cargas virales bajaron con rapidez tanto en sangre como en semen y, a la semana diez, la media fue de 125.000 copias/ml en sangre y 1.000 copias/ml en semen, niveles que permanecieron estables a lo largo de veintiocho semanas de seguimiento. Estos cambios de la carga viral entre los niveles pico y nadir en sangre y semen fueron estadísticamente significativos (p<0,001).
En el caso de los pacientes con infección crónica por VIH, el grupo de investigadores descubrió una relación estadísticamente significativa entre un bajo recuento de células CD4 y una alta carga viral en el semen (p=0,01). Los autores creen que este hallazgo respalda la teoría de que los pacientes con infección avanzada por VIH tienen una mayor capacidad de infección. También descubrieron que cada descenso de 1 log10 en el recuento de células CD4 estuvo relacionado con un aumento de 2 log10 de la carga viral en semen. Sin embargo, el pico de carga viral en semen de los pacientes con infección avanzada por VIH fue una media de 1,4 log10 menor que el pico observado en pacientes con infección aguda por VIH, una diferencia estadísticamente significativa (p=0,0168).
"En este estudio, descubrimos que el VIH en el plasma seminal alcanzó su pico cuatro semanas después de la infección, y esta proliferación de excreción de VIH se había contenido casi por completo para la semana 10, lo que con mucha probabilidad refleja la respuesta inmunológica del huésped", escriben los autores.
El grupo de investigadores concluye que sus indicios muestran que los modelos que sugieren la importancia de los pacientes con infección aguda y avanzada por VIH en la continuación de la epidemiología del VIH "probablemente sean correctos y ayuda a explicar la continua propagación del VIH en distintos tipos de población". Los autores añaden que "es urgente la necesidad de desarrollar intervención(es) de prevención centrada(s) en los pacientes que estén en las primerísimas etapas de infección por VIH y sus parejas sexuales expuestas y en situación de riesgo".
Referencia: Pilcher CD et al. Amplified transmission of HIV-1: comparison of HIV-1 concentrations in semen and blood during acute and chronic infection. AIDS 21: 1723 – 1730, 2007.
Traducción: Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt).
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