Esta divergencia respecto al enfoque estándar en el cuidado en adultos en gran medida es debido a la falta de investigación sobre TARGA en niños, afirmó Katherine Lee de CHIPS (siglas en inglés del Estudio Pediátrico Cooperativo sobre VIH), un estudio de cohorte multicéntrico que estudió niños infectados por VIH en Reino Unido. Añadió que la expectativa de que era más difícil alcanzar una carga viral indetectable en niños puede haber conducido a que los médicos prolongasen el tiempo de los niños en regímenes que fracasan a fin de prolongar el tiempo en que cualquier TARGA funcionaría.
No obstante, del estudio también se derivaron algunas noticias relativamente buenas. Sólo el 22% de los niños puestos en terapia de primera línea de la cohorte CHIPS ha cambiado a una terapia de segunda línea, y el tiempo tomado para cambiar a una terapia de segunda línea ha disminuido en los últimos años. El recuento medio de CD4 en el momento del cambio fue de 485, lo que, aún considerando que los niños pequeños tienen recuentos de CD4 más altos que los adultos, demuestra que se mantuvo una razonable función inmunológica.
En conjunto, 595 niños del estudio CHIPS han sido puestos en TARGA de primera línea desde que se estableciera la cohorte en abril de 2000. La media de edad de inicio de TARGA fue de 4,7 años.
De ellos, 132 (22%) han cambiado a una terapia de segunda línea, en donde el cambio fue definido bien como el reemplazo de los tres fármacos independientemente de la carga viral o bien el reemplazo de al menos dos medicamentos con una carga viral superior a 50.
El tiempo promedio empleado para cambiar a una terapia de segunda línea fue de siete años, lo que significa que el niño promedio en el estudio estaba en edad de ir a la escuela secundaria cuando el cambio. A pesar de esto, sólo 63 niños (48%) que cambiaron a una terapia de segunda línea habían alcanzado alguna vez una carga viral inferior a 400 durante la terapia de primera línea. El tiempo promedio para cambiar fue superior a siete años en aquellos niños que en algún momento alcanzaron una carga viral inferior a 400 (el tiempo exacto no puede ser determinado porque la cohorte no tiene el tiempo suficiente). El tiempo medio para cambiar para aquellos niños que nunca habían alcanzado una carga viral inferior a 400 fue de 3,1 años.
La carga viral media en el momento del cambio fue de 8.206 (3,9log) para aquellos niños que habían alcanzado una respuesta viral, pero de 79.569 (4,9log) para aquellos que no la alcanzaron. Sólo el 14% de los niños cambió antes de alcanzar una carga viral de 1.000 y sólo el 18% cambió antes de alcanzar una carga viral de 30.000: la mediana del tiempo para el cambio tras alcanzar estos umbrales fue de 3,3 y 1,0 años respectivamente.
Una mayor edad en el momento del inicio de TARGA y un mayor año calendario constituyeron factores de predicción de un cambio más temprano: los niños fueron un 7% más propensos a cambiar TARGA antes que la media por cada año de edad que tuvieran cuando iniciaron TARGA, y los niños después de 2002 fueron 2,27 veces más propensos a un cambio temprano de TARGA.
“Se necesita con urgencia encontrar indicios sobre los que basar el cambio” en niños, concluye el grupo de investigadores.
Referencia: Lee J et al. Wide disparity in switch to second-line therapy in HIV-infected children in CHIPS. Eighth International Congress on Drug Therapy in HIV Infection, Glasgow, abstract PL2.4. 2006.
Traducción: Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt)
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