ARV para madres durante la lactancia para prevenir la transmisión del VIH
Hoy quizá se presentaron los hallazgos más importantes de la conferencia, provenientes de dos estudios sobre tratamiento antirretroviral en madres durante la fase de lactancia. Tienen importantes implicaciones para los países que están intentando promover un amamantamiento exclusivo entre las mujeres con VIH a fin de reducir la transmisión madre a hijo del virus.
Los dos estudios encontraron tasas extremadamente bajas de transmisión del VIH durante el periodo de lactancia cuando las mujeres recibían una terapia antirretroviral triple hasta el destete cuando el bebé llega a los seis meses.
Otros estudios han mostrado que el amamantamiento exclusivo, más que el suministrar a los bebés una alimentación mixta (leche no materna y sólidos, que irritan el tracto intestinal del bebé), reduce significativamente el riesgo de transmisión del VIH. Sin embargo, el amamantamiento exclusivo no elimina completamente el riesgo de transmisión.
Es difícil proporcionar una terapia farmacológica capaz de reducir la carga viral en la leche materna debido al hecho de que constituye un compartimiento protegido dentro del organismo. No está claro en qué medida los antirretrovirales penetrarán y reducirán la carga viral en la leche. Cualquier resultado inferior a la supresión total del virus en la leche materna podría conducir a la aparición de resistencias.
Algunos estudios preliminares en madres durante la fase de lactancia que ya eran elegibles para recibir TAR por su propio estado de salud, han sugerido que reduce el riesgo de transmisión. Pero para la población más amplia de madres con VIH que aún no necesitan terapia antirretroviral por su propia salud, el valor que supondría un periodo limitado de terapia farmacológica triple aún no se ha probado, hasta ahora.
En el estudio MITRA Plus, todas las madres recibieron AZT, 3TC y nevirapina desde aproximadamente la semana 34 de embarazo e interrumpieron el tratamiento tras el destete a los seis meses a menos que la madre necesitara terapia antirretroviral por su propio estado de salud.
La transmisión durante el fin del periodo de lactancia fue muy baja (menos del 5%) y la mayoría de esos bebés parecía haber sido infectado en el momento del parto.
En el estudio AMATA, todas las madres recibieron terapia antirretroviral y después eligieron si seguir amamantando a sus bebés o darles leche maternizada. Sólo 1 niño resultó infectado en este estudio. El grupo de investigadores cree que su madre había dejado de tomar sus fármacos antirretrovirales.
Otro hallazgo interesante es que no se observaron diferencias estadísticamente significativas en la mortalidad o morbilidad, a pesar de los hallazgos de otros estudios que mostraron que los bebés de madres con VIH que fueron amamantados tuvieron menores tasas de enfermedad y muerte que los alimentados con leche maternizada.
Es probable que continúe el debate sobre estos hallazgos y cómo aplicarlos, pero el mensaje está claro: allí donde se anima a las mujeres a dar el pecho exclusivamente, la provisión de terapia antirretroviral para ellas durante la etapa de lactancia podría evitar que miles de niños se infecten por VIH.
Raltegravir, un nuevo inhibidor de la integrasa
Raltegravir (de nombre comercial Isentress) es un nuevo fármaco anti-VIH de una familia completamente nueva, denominada inhibidores de la integrasa. Probablemente se apruebe en Estados Unidos en octubre y poco después en Europa, para pacientes con experiencia en tratamiento.
Raltegravir evita que el VIH integre su material genético en las células humanas, de ahí el nombre de “inhibidor de la integrasa”.
Aún se está probando raltegravir en personas sin experiencia en tratamiento. El martes, en la conferencia de la IAS, se presentaron los resultados de un estudio de Fase IIb de selección de dosis, en el cual se comparó raltegravir con efavirenz.
Raltegravir y efavirenz suprimieron la carga viral a niveles indetectables aproximadamente en la misma proporción de pacientes tras 48 semanas (entre el 80% y el 90%). En el ensayo, los participantes tomaron los fármacos con tenofovir (Viread) y 3TC (Epivir). Sólo el 3% de los pacientes había sufrido un rebote viral tras 48 semanas de tratamiento en ambos grupos de tratamiento, lo que constituye un indicador de lo potentes que fueron ambas combinaciones de fármacos.
Sin embargo, las personas que tomaron raltegravir tuvieron un número significativamente menor de efectos secundarios sobre el sistema nervioso central (tales como pesadillas, mareos y dolores de cabeza) que las personas que tomaron efavirenz.
Terapia supresora del VHS-2 en mujeres con VIH
El lunes, un grupo de investigadores informó de que suministrar aciclovir a mujeres sin VIH para controlar la infección por VHS-2 no redujo su riesgo de infección por VIH, posiblemente porque la adhesión al fármaco no fue suficientemente buena.
El martes, el mismo grupo de investigación hizo públicos los resultados de un segundo estudio con aciclovir, también realizado en Tanzania, que examinó si aciclovir reducía la secreción de VHS-2 y VIH en los fluidos genitales de mujeres con VIH.
Varios grandes estudios han probado si el tratamiento que suprime el VHS-2 puede reducir la secreción de VIH en mujeres con VIH, unos probando valaciclovir, otros aciclovir. Ambos fármacos anti-herpes redujeron indirectamente los niveles de VIH en los fluidos genitales.
Sin embargo, el estudio de Tanzania no consiguió reunir suficientes evidencias de la existencia de algún efecto. Aunque hubo una tendencia estadística hacia una reducción de los niveles de VIH en las mujeres que recibieron aciclovir, no fue lo suficientemente potente como para permitir extraer la conclusión de que aciclovir era capaz de reducir eficazmente el riesgo de transmisión del VIH.
Además, no hubo diferencias significativas entre el grupo de aciclovir y las mujeres que recibieron una pastilla placebo, en lo que se refiere a los niveles de VHS-2 en el fluido genital. Esto es sorprendente, ya que se supone que la terapia prolongada con aciclovir reduce la secreción de VHS-2 en personas con herpes genital.
Al igual que en el estudio con mujeres sin VIH presentado ayer, el grupo de investigadores concluyó que los resultados se explicaban por una pobre adhesión. Sólo el 50% de las mujeres del estudio tomó más del 90% de sus pastillas, a pesar de la práctica regular de counselling sobre adhesión. Estos resultados constituyen, no obstante, otro recordatorio de un importante inconveniente de los nuevos métodos de prevención basados en fármacos o microbicidas; tienen que ser usados de forma constante para que proporcionen protección.
Hepatitis
Muchas personas con VIH están coinfectadas por hepatitis C, especialmente en entornos donde es habitual la transmisión del VIH a través del uso de drogas inyectables. El VHC (virus de la hepatitis C) normalmente es una infección que se propaga por la sangre, pero a lo largo de los últimos años, se han producido brotes de infección por VHC por transmisión sexual entre hombres gay con VIH en Reino Unido, Europa del Norte, Estados Unidos y Australia.
A menudo, la infección aguda por VHC en hombres gay sólo se identifica si se hace un seguimiento regular de la función hepática durante el tratamiento antirretroviral. Unos niveles elevados de enzimas hepáticas podrían indicar la presencia de una infección por VHC aguda y debería considerarse como una explicación de los aumentos de los niveles de enzimas hepáticas en personas que toman tratamiento antirretroviral.
La investigación presentada el martes en la conferencia de la IAS reveló que los brotes en Europa mostraban fuertes vínculos internacionales. El equipo de investigadores analizó similitudes genéticas entre los virus de la hepatitis C de 190 hombres con VIH y descubrió varios grupos de transmisión. Un grupo contenía virus de cuatro países diferentes y siete de cada diez contenían virus de más de un país.
Los desplazamientos entre países están jugando un papel importante en esta nueva epidemia, afirma el grupo de investigadores, y los mensajes dirigidos a los hombres gay sobre los riesgos de infección por VHC han de ser transmitidos por toda Europa y Norteamérica, no sólo en una única ciudad.
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