El riesgo de contraer el VIH fue un 40% más bajo en el caso de las parejas femeninas de hombres circuncidados en comparación con las de los no circuncidados, pero esta reducción del riesgo no fue estadísticamente significativa.
Estudios previos de distribución aleatoria habían evidenciado que la circuncisión consigue reducir hasta un 60% el riesgo de que el hombre adquiriera el VIH.
Se sabe menos respecto al efecto que tiene la circuncisión sobre la incidencia de la transmisión del virus de hombre a mujer.
Sin embargo, un estudio reciente mostró que la incidencia de VIH fue similar en las parejas femeninas de los hombres seropositivos que decidieron circuncidarse y las de aquéllos sin circuncidar. Además, el ensayo puso de manifiesto que las parejas de los varones con VIH recién circuncidados registraron un aumento a corto plazo en el riesgo de contraer el virus si se reanudaban las relaciones sexuales antes de la completa cicatrización de las heridas.
Para entender mejor el impacto de la circuncisión sobre el riesgo de transmisión del VIH de hombre a mujer, un equipo de investigadores del estudio sobre Transmisión del VIH/VHS de Partners in Prevention examinó la tasa de nuevas infecciones por VIH que se produjeron entre las mujeres a lo largo del ensayo, teniendo en cuenta si su pareja masculina estaba circuncidada o no.
Es importante destacar que los hombres participantes en este estudio se habían sometido a la circuncisión en su niñez. En consecuencia, se pudieron determinar los efectos de la misma sobre el riesgo de transmisión del VIH tras la curación completa de las heridas de la intervención.
El ensayo contó con 1.096 parejas heterosexuales en las que el hombre tenía VIH y la mujer no. Estas parejas fueron inscritas en zonas del África oriental y meridional entre 2004 y 2007. El objetivo principal del estudio era comprobar si el uso de una terapia profiláctica con aciclovir reducía el riesgo de transmisión del VIH. No se detectó ningún efecto protector.
El recuento mediano de células CD4 entre los hombres fue de 424 células/mm3 y la mediana de la carga viral, de 4,3log10 copias/mL.
El 34% de los varones estaban circuncidados. Los hombres inscritos en el este de África fueron más propensos a estar circuncidados que los del sur del continente (39% frente a 24%).
Se realizó el seguimiento de las parejas femeninas durante una mediana de 18 meses. Las participantes declararon una mediana de cuatro episodios de sexo vaginal al mes con su pareja masculina. En torno al 7% de dichos encuentros sexuales se efectuaron sin emplear protección. Durante el período de seguimiento, cerca del 13% de los hombres iniciaron la terapia antirretroviral.
Un total de 64 mujeres adquirieron el VIH durante el estudio. La tasa de incidencia general fue de 3,8 por cada 100 persona-años.
El equipo de investigadores pudo vincular genéticamente 50 de estas seroconversiones al virus de la pareja masculina del ensayo.
Los análisis evidenciaron que, en estas transmisiones genéticamente determinadas, la incidencia de VIH fue aproximadamente un 40% menor entre las mujeres cuya pareja fue circuncidada (cociente de riesgo [CR]: 0,57; intervalo de confianza del 95% [IC95%]: 0,29 a 1,11; p= 0,10). No obstante, esta reducción en el riesgo no fue significativa desde el punto de vista estadístico, por lo que esto podría haberse debido tan sólo a la casualidad.
Con posterioridad, los autores excluyeron a los hombres que empezaron la terapia antirretroviral y examinaron el riesgo de transmisión atendiendo al estado de circuncisión y la carga viral.
Se comprobó que las parejas de los hombres circuncidados que tenían una carga viral superior a 50.000 copias/mL presentaron un riesgo un 47% menor de infección por VIH. Esta reducción del riesgo tuvo una significación estadística marginal (CR: 0,53; IC95%: 0,26 – 1,07; p= 0,07).
"Descubrimos un descenso no estadísticamente significativo del riesgo de transmisión del VIH tipo 1 [VIH-1] de los hombres circuncidados a sus parejas femeninas, en comparación con las parejas cuyo miembro masculino tenía VIH-1 y no estaba circuncidado", comentan los autores, que reconocen que, probablemente, sea necesario contar con un mayor tamaño de muestra para poder determinar si la aparente reducción en el riesgo de transmisión es significativa desde el punto de vista estadístico.
"Este hallazgo viene a engrosar el limitado volumen de datos referentes a la influencia de la circuncisión de los hombres con VIH-1 sobre el riesgo de transmisión del virus de hombre a mujer; datos que pueden ser útiles para los programas que intentan aumentar la realización de la circuncisión masculina como método preventivo del VIH", añaden.
Los investigadores han propuesto dos posibles explicaciones biológicas para esta reducción no significativa de la transmisión del VIH a las parejas femeninas de los hombres circuncidados: En primer lugar, la circuncisión puede disminuir el riesgo de que se produzcan infecciones de transmisión sexual de tipo ulceroso. No obstante, los autores destacan que la incidencia de úlceras genitales fue parecida entre los hombres circuncidados y no circuncidados en su estudio. La segunda explicación es que los microtraumatismos o inflamaciones en el prepucio pueden facilitar la transmisión del virus en el caso de los hombres no circuncidados.
Referencia: Baeten JM, et al. Male circumcision and risk of male-to-female HIV-1 transmission: a multinational prospective study in African HIV-1-serodiscordant couples. AIDS. 2010; 24: 737-744.
Traducción: Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt).
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