La entidad que organizó el ensayo, Family Health International (FHI), destacó en una nota hecha pública el 18 de abril de 2011 que sería prematuro llegar a la conclusión de que la PPrE no funcionó en esta población del ensayo, y que es preciso realizar más análisis para determinar qué efecto, si es que existe alguno, tuvo la toma de Truvada® sobre el riesgo de adquirir el VIH durante el estudio.
La profilaxis preexposición consiste en el uso diario de fármacos antirretrovirales por parte de personas sin VIH para prevenir la infección por este virus. Varios estudios con animales, además de otro estudio de distribución aleatoria de gran tamaño que contó con la participación de hombres que practican sexo con hombres (véase más abajo la sección correspondiente), han evidenciado que el empleo de Truvada® en dichas circunstancias permite reducir el riesgo de infección.
El estudio FEM-PrEP contó con 1.951 mujeres sin VIH de entre 18 y 35 años en situación de riesgo de infección por VIH en Sudáfrica, Kenia y Tanzania. Las participantes fueron distribuidas de forma aleatoria para recibir dosis orales diarias de Truvada® (tenofovir y emtricitabina combinados en un mismo comprimido) o un placebo. Family Health International afirma que se consiguió retener en el estudio a aproximadamente el 90% de las mujeres inscritas, que tomaron el fármaco durante unos 12 meses.
Entre todas las participantes en el estudio, la tasa aproximada de nuevas infecciones por VIH fue del 5% anual y, a 18 de febrero de 2011, se habían registrado 56 nuevas infecciones. Estos casos estuvieron distribuidos de forma equitativa entre el grupo de placebo y Truvada®.
El ensayo se diseñó para inscribir a 3.900 mujeres y estaba previsto que el seguimiento de cada participante se prolongara 52 semanas.
La decisión de interrumpir la inscripción en este momento indica que el Comité Independiente de Seguimiento de Datos, encargado de revisar el ensayo, ha llegado a la conclusión de que incluso en el caso de que se inscribieran otras 2.000 mujeres en el ensayo y recibieran seguimiento durante 52 semanas, es muy poco probable que cualquier efecto protector de Truvada® que pudiera aparecer en este grupo fuera suficiente como para demostrar un beneficio significativo general.
Esto podría ser debido a que la magnitud del efecto observado por el empleo del fármaco en las primeras 1.951 mujeres fue demasiado pequeño para ser estadísticamente significativo, o porque no hubo una diferencia notable. Por todo esto, será necesario efectuar más análisis de los datos del ensayo.
En particular, no está claro si las participantes en los dos brazos del estudio presentaron una exposición total similar a la medicación asignada: Un número igual de infecciones al mes 12 puede no ser equivalente a una tasa igual de infecciones, ya que las mujeres de un grupo pueden haber tenido un mayor número de meses cubiertos por la medicación del ensayo.
No está claro si la adhesión puede explicar la aparente falta de efecto en este estudio. Se registró una adhesión general de un 95%, pero en esta etapa el FHI es incapaz de informar sobre cualquier diferencia en la adhesión entre los brazos del estudio, de diferencia en la adhesión con el tiempo o de diferencia en la adhesión según el método empleado para determinarla.
El estudio FEM-PrEP llevó a cabo revisiones periódicas de la adhesión de las participantes para identificar cualquier problema y también midió los niveles en sangre de antirretrovirales para comprobar la correlación entre la adhesión autodeclarada, el recuento de pastillas y el uso real de los fármacos.
Contraste con el estudio iPrEx
Los decepcionantes resultados del estudio FEM-PrEP en mujeres en situación de alto riesgo contrastan con los del estudio iPrEx en hombres que practican sexo con hombres. Este estudio evidenció que el empleo de Truvada® redujo en un 44% el riesgo de infección por VIH. Sin embargo, se observó una disminución de este riesgo en un 73% entre los varones que lo tomaron más del 90% del tiempo.
Una posibilidad planteada por el cierre precoz de este estudio FEM-PrEP es que los fármacos antirretrovirales pueden mostrar distintos niveles de eficacia en la prevención según las poblaciones y emplazamientos en que se estudian. En otras palabras, el impacto preventivo de los antirretrovirales puede depender en gran medida del contexto más que en diferencias biológicas entre las poblaciones estudiadas.
Un aspecto crítico, que quizá sea imposible responder dado el limitado número de personas inscritas, es si existieron diferencias entre las participantes en el ensayo en Sudáfrica y Kenia que pudieran explicar la aparente falta de efecto, ya sea en términos de comportamiento sexual o de adhesión.
Dos estudios seguirán probando la utilización de Truvada® para prevenir la infección por VIH en mujeres: Partners y VOICE.
El estudio Partners está examinando el uso de la PPrE en 4.700 parejas heterosexuales de Kenia y Uganda, en que uno de sus componente tiene VIH y el otro no, y se espera que informe de resultados en 2013. Este ensayo realiza la comparación de la administración oral de tenofovir y de Truvada®.
El estudio VOICE compara la eficacia de la administración oral de tenofovir o Truvada® frente a un gel vaginal que contiene tenofovir, en 5.000 mujeres heterosexuales de Sudáfrica, Uganda y Zimbabue. También se esperan los resultados de este ensayo para 2013.
Más embarazos entre las mujeres que tomaron Truvada®
Un aspecto que los investigadores estarán interesados en examinar es por qué hubo un número superior de mujeres que se quedaron embarazadas en el brazo de Truvada® del estudio que en el de placebo.
El protocolo de ensayo pretendía minimizar la exposición de los bebés nonatos a tenofovir, debido a que en el momento en que se diseñó el estudio existía poca información sobre los efectos de la exposición del feto a este fármaco en desarrollo.
Por ese motivo, se les pidió a las mujeres que usaran un método anticonceptivo en el momento de la inscripción. Las que se quedaron embarazadas durante el estudio dejaron de tomar la medicación en el momento que la gestación quedó confirmada con una prueba. Las mujeres se sometieron a pruebas cada cuatro semanas y recibieron counselling sobre anticoncepción, además de recibir servicios de anticoncepción gratis, y también asesoramiento sobre sexo seguro y preservativos gratuitos.
Aproximadamente la tercera parte de las mujeres emplearon un anticonceptivo oral y dos terceras partes recibieron un anticonceptivo hormonal inyectable. Casi ninguna utilizó el dispositivo intrauterino (UDI) o un implante anticonceptivo.
De todos modos, el 9% de las mujeres que tomaban parte en el estudio quedaron embarazadas y un número superior de ellas estaban en el grupo de Truvada® respecto al de placebo.
Entre las posibles explicaciones de este hecho se encontraría la existencia de una posible interacción no conocida entre tenofovir o emtricitabina y los anticonceptivos hormonales (aunque no se ha registrado ninguna con anterioridad) o una diferencia en el grado de adhesión a los métodos anticonceptivos.
Más información
Puede encontrarse más información de Family Health International sobre FEM-PrEP en esta dirección.
Traducción: Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt).
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