Los autores sugieren que deberían diseñarse programas para abordar la depresión en los pacientes que padecen estas infecciones.
El tratamiento de las infecciones de transmisión sexual constituye un aspecto importante de los esfuerzos para su control y prevención. El diagnóstico de estas enfermedades puede suponer una experiencia emocionalmente traumática que podría llevar a que se desarrolle una depresión. Además, la presencia de esta enfermedad mental podría supone que los pacientes con síntomas de ITS no busquen en su momento la atención y el tratamiento médicos necesarios, ni tomen precauciones para proteger su propia salud sexual o la de otras personas.
Teniendo en cuenta que si se determinase una relación entre depresión e infecciones de transmisión sexual esto podría tener una repercusión importante sobre la salud pública, un equipo de investigadores canadienses analizó la prevalencia de las ITS y la depresión entre la población general.
Se trató de un gran estudio que contó con 21.500 personas que participaron en la encuesta sobre Salud Comunitaria Canadiense de 2003. Todas ellas tenían edades comprendidas entre 15 y 49 años. La encuesta incluía preguntas sobre datos demográficos, comportamiento sexual, historial de enfermedades de transmisión sexual, estado civil, y consumo de alcohol y tabaco.
En general, el 5% de los entrevistados presentaba un historial de ITS y el 8% declaró tener depresión. Los hombres fueron menos propensos que las mujeres a declarar padecer tanto ITS (5% frente al 6%) como depresión (6% y 10%, respectivamente).
En el caso de los hombres, las ITS aumentaron el riesgo general de depresión en un 50% (cociente de probabilidades ajustado [CPA]: 1,5; intervalo de confianza del 95% [IC95%]: 1,1 – 2,2). El equipo de investigadores encontró una relación estadísticamente significativa entre depresión e ITS en hombres de menos de 35 años (p <0,01). También se descubrió que, entre los varones, el tener un alto poder adquisitivo y un mayor nivel de educación aumentaba de forma significativa el riesgo de que las ITS estuvieran asociadas con la depresión. Los autores sugieren que esto podría deberse al estigma relacionado con dichas infecciones y al miedo a que su diagnóstico pudiera repercutir en una pérdida de posición o estatus social.
Entre las mujeres, las ITS aumentaron el riesgo de depresión en un 80% (CPA: 1,8; IC95%: 1,4-2,3). Ninguna característica individual aumentó esta relación.
Los investigadores comentan: “Nuestros resultados provenientes de una encuesta nacional respaldan el argumento de que existe una relación entre ITS y depresión”.
Por último, los autores del informe concluyen: “Las centros de salud [sexual] deberían ser conscientes de qué grupos de pacientes con ITS son propensos a deprimirse. Por otro lado, deberían diseñarse programas de difusión apropiados para abordar el problema de la depresión entre los pacientes con infecciones de transmisión sexual”.
Referencia: Chen Y, et al. Depression associated with sexually transmitted infection in Canada. Sex Transm Infect. 2008; 84: 535-540.
Traducción: Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt).
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