Sin embargo, los investigadores descubrieron que, cuando se monitorizaron los niveles de creatinina, la función renal no fue diferente en personas con VIH y controles sin VIH. Por tanto, sugieren que la medida de cistatina C podría constituir un medio útil para identificar pacientes con VIH con mayor riesgo de enfermedad renal y cardiovascular.
Los estudios sugieren que los pacientes con VIH tienen un mayor riesgo de sufrir enfermedad renal. Esto podría deberse a que el VIH tiene un efecto directo sobre la función de los riñones, o porque las enfermedades que puede provocar esta infección los dañan. Además, se sabe que algunos de los fármacos empleados para tratar el VIH tienen un efecto adverso sobre los riñones.
Por tanto, es importante que se realice un seguimiento a intervalos regulares de la función renal en los pacientes con VIH.
La cistatina C es una prueba de la función renal más eficaz en la detección de la enfermedad renal moderada que las pruebas tradicionales basadas en la creatinina. En particular, los estudios han mostrado que la cistatina C constituye una medida superior de la función renal que la monitorización de creatinina en el contexto de enfermedades crónicas, envejecimiento y condiciones que puedan provocar cambios en la composición corporal. Todo esto son consideraciones importantes para los pacientes con VIH.
Por consiguiente, el equipo de investigadores de un estudio estadounidense que examinaba los cambios grasos y metabólicos en pacientes con VIH (la cohorte FRAM, siglas en inglés de Redistribución de Grasas y Cambios Metabólicos) realizó un estudio transversal. Compararon la función renal, determinada mediante los niveles de cistatina C y creatinina en 1.008 pacientes con VIH y 208 controles sin VIH.
Los niveles de cistatina C fueron elevados en los pacientes con VIH en comparación con los controles sin VIH (nivel medio: 0,92mg/l frente a 0,76mg/ml; p<0,001). Sin embargo, los niveles de creatinina fueron similares en los dos grupos de pacientes (0,87mg/dl frente a 0,85mg/dl).
Una pobre salud renal y cardiovascular está relacionada con niveles de cistatina C superiores a 1,0mg/ml. El equipo de investigadores descubrió que los pacientes con VIH fueron significativamente más propensos a tener niveles de cistatina C por encima de este umbral que los controles (CP: 9,8; IC95%: 4,4 – 22,0; p<0,001).
Entre los factores relacionados con unos mayores niveles de cistatina C en pacientes con VIH están una alta presión sanguínea, bajo nivel de colesterol HDL, un menor recuento de células CD4 y coinfección por el virus de la hepatitis C (p<0,001 para todos).
El equipo de investigadores concluye que “la infección por VIH parece estar relacionada con una función renal sustancialmente peor cuando se midieron los niveles de cistatina C, mientras que los niveles de creatinina […] fueron similares en las personas con VIH y los controles”. Los autores hacen un llamamiento para realizar más estudios con el fin de establecer “el papel óptimo de cistatina C en la detección de la función renal deteriorada con VIH o infecciones crónicas”.
Referencia: Odden MC et al. Cystatin C level as a marker of kidney function in human immunodeficiency virus infection. Archives of Internal Medicine 167: 2213 – 2219, 2007.
Traducción: Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt).
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