El informe de 84 páginas, Retórica y riesgo: los abusos contra los derechos humanos obstaculizan la lucha de Ucrania contra el VIH/SIDA (en este enlace podrás descargar el informe completo en inglés http://hrw.org/reports/2006/ukraine0306/) en el que se documenta el carácter draconiano de las leyes sobre droga y los continuos atropellos que la policía realiza contra los usuarios de drogas (la población más afectada por VIH/SIDA en Ucrania) que impide que reciban información y servicios vitales en relación al VIH que el Gobierno se ha comprometido a proporcionar.
“Las políticas sobre VIH/SIDA que Ucrania ha puesto en práctica por lo general son acertadas”, afirmó Rebecca Schleifer, investigadora en el programa de VIH/SIDA de Human Rights Watch. “Pero hasta que el Gobierno no aborde el tema de los abusos crónicos realizados contra las personas en mayor riesgo de VIH/SIDA, la esperaza de contener la epidemia del VIH será escasa.”
La legislación nacional de Ucrania sobre SIDA, reconocida como un modelo en la región, incorpora garantías sobre los derechos humanos de las personas que viven con VIH/SIDA. Entre ellas, se incluyen provisiones específicas que prohíben la negación de cuidado médico en función del estatus del VIH, y garantizan el acceso a una medicación apropiada, el derecho a recibir información sobre VIH/SIDA así como confidencialidad sobre los resultados de las pruebas del VIH. Su legislación y política nacionales apoyan el intercambio de jeringuillas y la terapia de sustitución con opiáceos, que la Organización Mundial de la Salud y ONUSIDA han respaldado como temas esenciales en las estrategias dirigidas a la prevención y cuidado del VIH para los usuarios de drogas.
Sin embargo, Human Rights Watch descubrió que prácticas abusivas, normativas problemáticas y el fracaso en la implementación de provisiones cruciales respecto a las políticas nacionales del SIDA hacen que estas protecciones no tengan sentido para la mayoría de ucranianos que viven con VIH o en situación de alto riesgo.
Abuso policial
El abuso policial, que en ocasiones llega a la tortura, hace que los usuarios de drogas se mantengan alejados de servicios básicos de prevención del VIH tales como intercambio de jeringuillas, en directa contradicción con la política del Gobierno de apoyar tales servicios. Debido a que la posesión incluso de cantidades insignificantes de droga para el consumo personal constituye un delito, los usuarios de drogas constituyen un objetivo fácil para la policía que busca completar su cuota de arrestos. La policía también extorsiona a los usuarios de drogas para obtener dinero e información, en ocasiones empleando la mera posesión de jeringuillas como excusa para acosarlos o arrestarlos a ellos o a los trabajadores sociales que les proporcionan servicios. Los cambios propuestos en la legislación ucraniana sobre drogas para convertir en delito la posesión de cantidades de drogas inferiores a las actuales amenazan con agravar estos abusos.
Discriminación por parte de los trabajadores sanitarios
Las prácticas discriminatorias que los trabajadores sanitarios mantienen hacia los pacientes que saben o sospechan que tienen VIH pone en grave peligro la salud de las personas que viven con VIH/SIDA. Human Rights Watch descubrió que los trabajadores del sector de la atención sanitaria con frecuencia rechazan tratar a dichas personas. También es habitual que revelen información confidencial sobre el estado de VIH, exponiendo a las personas que viven con VIH/SIDA a más discriminación y abusos. Como resultado, muchas personas no quieren realizar la prueba del VIH por miedo a que en caso de tener VIH, su estado serológico pudiese ser revelado.
Terapia de sustitución
La terapia de sustitución sólo llega a una fracción de los usuarios de drogas que lo necesitan. Según la Organización Mundial de la Salud, al menos 60.000 usuarios de drogas necesitan terapia de sustitución, pero hasta la fecha, sólo hay disponibles 200 puntos de atención. Este fracaso a la hora de asegurar el acceso de los usuarios de drogas al espectro completo de servicios de prevención y tratamiento del VIH (incluyendo la terapia de sustitución con metadona, que es legal en Ucrania) socava de forma significativa los esfuerzos realizados en la lucha tanto contra el SIDA como el consumo de drogas.
Confidencialidad del tratamiento de la adicción a drogas
A las clínicas de tratamiento de adicción a drogas se les exige que registren oficialmente a los usuarios de drogas que son referidas a las mismas para tratamiento, y que compartan esta información con los organismos encargados de velar por la ley. Esta práctica mantiene alejados a muchos usuarios de drogas de la búsqueda de servicios de cuidado sanitario o de tratamiento de drogas, por el miedo de que su condición de usuario de drogas sea revelado a los organismos encargados de hacer cumplir la ley.
Pobre acceso a antirretrovirales
Los fármacos antirretrovirales sólo están disponibles para una pequeña proporción de las personas que necesitan tal tratamiento. Hasta 416.000 personas (1,7% de la población ucraniana adulta) viven con VIH/SIDA en Ucrania. En 2004, con el apoyo del Fondo Global para la Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y la Malaria, la ONG Alianza Internacional contra el VIH/SIDA lanzó un programa antirretroviral en Ucrania para tratar a las personas que viven con VIH/SIDA. Entre abril de 2004 y diciembre de 2005, más de 2.600 personas iniciaron tratamiento antirretroviral con este programa. Aunque dicho programa ha sido calificado como la extensión de tratamiento más rápida de todo el este europeo, sólo llega a una pequeña fracción de las 17.300 personas que necesitan tratamiento con urgencia.º
Además, se considera que los usuarios de drogas inyectables en activo no son capaces de mantener adhesión a la terapia antirretroviral y son excluidos del tratamiento, según muestra el informe. Diversos médicos de Ucrania afirmaron a Human Rights Watch que los usuarios de drogas inyectables no deberían recibir tratamiento, al tiempo que un médico en una clínica de SIDA de Kiev afirmó que pocos usuarios de drogas inyectables sabían nada sobre terapia antirretroviral. Los médicos especializados en narcóticos en Ucrania tendían a no plantear a sus pacientes
temas relacionados con la terapia antirretroviral o incluso el estado de VIH, según descubrió Human Rights Watch.
“Los ambiciosos programas sobre VIH/SIDA de Ucrania no tendrán éxito a menos que el Gobierno acabe con las prácticas abusivas que socavan sus esfuerzos de prevención y tratamiento”, afirmó Schleifer. “Proteger los derechos humanos es algo esencial si Ucrania espera ampliar el tratamiento antirretroviral a la escala necesaria.”
Financiación
No obstante, aunque en Ucrania se siguieran políticas más positivas, la falta de una inversión continua en servicios dirigidos a usuarios de drogas probablemente entorpezca los esfuerzos integrales para contener la extensión de la epidemia entre usuarios de drogas inyectables, según Julie Banks, de la Alianza Internacional contra el VIH/SIDA
“El informe se refiere a ciertas políticas y prácticas en Ucrania que disuaden a los usuarios de drogas de intentar acceder a servicios de cuidado sanitario o tratamiento de drogas. Sin embargo, la preocupante realidad es que muchos de dichos servicios luchan por mantenerse a flote y sufren de una falta de inversión tanto política como financiera y de compromiso, tanto a nivel nacional como internacional. De nuevo, esto se relaciona con la naturaleza altamente estigmatizada del usuario de drogas inyectables y la enorme discriminación que sufren quienes se comprometen o están relacionados con el tema.”
Traducción: Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt).
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