Las estatinas son ampliamente prescritas a pacientes con niveles de colesterol elevados. Debido a su eficacia, seguridad y pocas interacciones con los fármacos anti-VIH, cada vez son más importantes en el tratamiento de pacientes con VIH.
Recientemente, los médicos de la Escuela Médica de la Universidad de Miami (EE UU) expresaron su preocupación sobre si las estatinas podrían empeorar las respuestas inmunológicas al tratamiento del VIH por su efecto sobre las “citoquinas” mensajeras y células-T CD4 del sistema inmunológico. Hicieron un llamamiento para realizar más investigación sobre los efectos de estos fármacos sobre las personas en tratamiento del VIH.
Ahora, un grupo de médicos de Italia ha examinado los aumentos de los recuentos de células CD4 en pacientes de sus clínicas que han estado tomando estatinas junto con sus combinaciones de fármacos para el VIH durante un periodo de hasta 18 meses. Descubrieron que estos pacientes tenían unas respuestas de recuentos de células CD4 similares a las de pacientes que tomaban fibratos y de aquellos a los que se les prescribió ejercicio y modificaciones en la dieta para mejorar sus niveles de grasa en sangre.
El grupo de médicos contó con 267 pacientes para su estudio, todos los cuales habían estado tomando terapia antirretroviral consistente en al menos dos inhibidores de la transcriptasa inversa análogos de nucleósido o nucleótido (ITIN/ITINt) con un inhibidor de la transcriptasa inversa no análogo de nucleósido (ITINN) o un inhibidor de la proteasa (IP) durante al menos un año. Todos los pacientes tenían niveles de lípidos en sangre elevados, con un nivel de colesterol por encima de 200mg/dl o de triglicéridos por encima de 250mg/dl durante al menos seis meses.
El grupo de médicos añadió una estatina al régimen de fármacos anti-VIH a 88 (33%) pacientes a fin de reducir los niveles de colesterol. Prescribió pravastatina (Lipostat), atorvastatina (Lipitor) o rosuvastatina (Crestor).
Por contra, a los 103 pacientes (39%) con niveles de triglicéridos elevados les prescribieron bien bezafibrato (Bezalip), fenofibrato (Lipantil) o gemfibrozil (Lopid), mientras que el resto de pacientes iniciaron un programa de dieta y ejercicio. Al inicio del estudio, los tres grupos tenían características similares en cuanto a edad, sexo, número de diagnósticos de SIDA, cargas virales y recuentos de células CD4.
Durante un seguimiento medio de 17,4 meses, no se produjeron diferencias significativas en los recuentos de células CD4 entre los tres brazos, manteniéndose estable la media de recuentos de células CD4 entorno a 380 células/mm3. Sin embargo, en la carta publicada el grupo de médicos no informó de las pruebas estadísticas que realizaron ni de los resultados de las pruebas.
Estos resultados ayudan a despejar alguna de las preocupaciones que rodean el uso de estatinas junto con el tratamiento del VIH. Sin embargo, son necesarios ensayos prospectivos de reparto aleatorio en los que se incluyan más pacientes para probar los indicios de una falta de efecto negativo de las estatinas sobre los aumentos de los recuentos de células CD4.
Además, los descubrimientos italianos no abordan la preocupación expresada por los médicos de Miami de que los recuentos de células CD4 pueden dar una visión incompleta de los efectos de las estatinas sobre la recuperación del sistema inmunológico. Antes de poder despejar estas dudas, se necesitan tener resultados de estudios que examinen los efectos (si es que tienen alguno) de las estatinas sobre una variedad de marcadores del sistema inmunológico y resultados clínicos.
Referencia: Manfredi R et al. Long-term statin use does not act on the temporal trend of CD4 cell count in patients on virologically effective HAART. AIDS 20: 455 – 457, 2006.
Traducción: Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt).
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