Hoy amanecí con la decisión de realizarme una prueba rápida de VIH en unas clínicas en donde se especializan en VIH y se encuentran en todo México, sobre todo en las capitales de los estados.
Bueno ahora sí les platico cómo me fue hoy: Llegue allí con muchos, muchos, muchos temores. Cuando llegué y entré, vi a las personas que ahí se encontraban esperando consultas. Me pareció casi obvio que todas tenían VIH. Había todo tipo de personas: los que hablaban, los que se reían y los que no hablaban y tenían caras tristes (yo los entiendo perfectamente)
Cuando me acerqué al muchacho de la recepción, le comenté que venía para realizarme una prueba rápida de VIH. Él llamo a la psicóloga y esta me pidió que la esperase un momento, así que me senté y esperé.
Mientras esperaba seguía sintiendo mucho miedo, y cruzó por mi mente la idea de irme, y así lo hice. Tomé mi celular y fingí una llamada para salirme. No se me ocurrió otra cosa, así que me salí de la clínica. Sin embargo, cuando ya iba a doblar en la esquina algo me detuvo (creo que fue el poco valor que me quedaba), así que me regresé y volví a sentarme a esperar.
Transcurridos otros 5 minutos salió la psicóloga y me pidió que entrara a su consultorio. Ahí dentro estábamos solo ella y yo, y me empezó a preguntar cosas sobre mi última relación sin protección y otras preguntas más que ella marcaba en una hoja. Eso sí, nunca me preguntó mi nombre ya que las pruebas rápidas son confidenciales, solo me pidió mi edad y mi firma. Ella era muy amable, nunca me sentí juzgado ni nada. Al contrario, la psicóloga me apoyó y me felicitó por haberme hecho la prueba: “No importa el tiempo que haya pasado, lo importante es que aquí estás", me dijo.
Una vez que pasó esto, llamó a la bioquímica que me hizo la prueba tan fácil y sencilla y me pidió que esperara fuera unos 15 minutos. Obviamente fueron 15 minutos muy, muy, muy tensos, de temor y sufrimiento.
Cuando pasó el tiempo, que yo la verdad los sentí menos de 10 minutos, me llamo a su consultorio. Todavía no me sentaba y me dijo "tu resultado es negativo".
Puta madre, dije dentro de mí, y un escalofrió me recorrió la espalda. Sentí como si algo se soltara de mí, un gran peso, algo que no sé cómo describir. La verdad es que lloré de felicidad frente a ella. Le pedí disculpas y ella solo me dijo: "está bien, este es tu espacio" y me dio un pañuelo de papel para secarme las lágrimas.
Me felicitó y me explicó que hay que seguir cuidando de uno mismo, y que jamás uno por amor debe de hacerlo sin condón. Me dijo también que no puedes amar a alguien más que a ti mismo, y la verdad esto es muy cierto.
Me despedí de ella y al final le dije mi nombre.
Amigos, así como fue mi situación, sé que muchas personas más lo están padeciendo, y la verdad yo los invito a que no dejen pasar el tiempo porque no se puede vivir así, con incertidumbre de tu serología. Eso es vivir a medias.
Gracias por leerme, muchas gracias, ya que hace tiempo puse un post en el que decía que me daba miedo hacerme la prueba y mucha gente de aquí me alentó a hacérmela, se los agradezco mucho de corazón.
Saludos y disculpen los errores ortográficos
Un saludo desde Villahermosa, Tabasco, México.