Natural de Bogotá (Colombia), tengo el VIH y, aunque solo tengo 18 años y hace pocos meses que he sido diagnosticado, me siento horrible.
Me siento como si no fuera una persona normal, veo a mi familia y me desgarro de tristeza. Nada más pensar en eso, la verdad… Estamos muy unidos, pero no quiero sentirme rechazado. Además, nadie sabe sobre mi estado.
La verdad, a veces trato de no pensar en eso, pero es difícil. Es difícil tratar de llevar una vida normal, cuando por dentro sabes que ya nada será igual.