El virus ya lo acepté, me di cuenta de que se puede vivir tranquilo con esta condición. Dejé de soñar y empecé a vivir.
Pero saben, vivir en Venezuela con esta condición resulta tan cuesta arriba… Llevo ya 15 días sin medicamento y comer es cada vez más difícil.
Ya empiezo a sentir ese miedo de morir que tuve al principio. Tengo 27 años, vivo en un pueblo chiquito. Las esperanza se agotan, y vivir con terror a morir es tan chimbo. ¿Será verdad que cada quien vive lo que merece?