Mi historia negativa comenzó hace seis meses, cuando mi pareja falleció. Al inicio yo estaba destrozado por su muerte, al tiempo que impactado y confundido, pues no sabía, no comprendía cómo era posible que él hubiera muerto. Sí, había estado enfermo y había bajado mucho de peso, pero nunca pensamos que estuviera tan enfermo y menos que estuviera en fase terminal. Fue impactante, pero lo tomé como un caso en un millón donde una enfermedad respiratoria mal atendida termina en muerte. Aún no entendía con claridad de qué había fallecido.
Un mes y medio después de su muerte, empecé a sentirme mal de las vías respiratorias, de varias formas, con mucha producción de moco, ronquera, asma y más. Me traté médicamente de cada padecimiento y los aspectos más fuertes de cada enfermedad fueron cediendo. Sin embargo, la producción de moco y las dificultades respiratorias permanecían fuertes.
Cuando visité a un quinto médico y le dije que ya había estado en varios tratamientos y el moco excesivo no desaparecía, y le dije que estaba muy triste por la muerte de mi pareja, fue entonces cuando él me mandó a hacer la prueba del VIH. Acudí a hacerme la prueba con mucha confianza, pues creía que era meramente un trámite, una prueba más. Con franqueza, jamás creí que la prueba pudiera resultar positiva, ya que tenía la confianza de que con todas mis parejas siempre usé condón, y cuando sospeché que podía tener el virus, años atrás, me hice la prueba y salió negativa.
Años después, cuando conocía a mi pareja, estaba seguro de que estaba libre del virus del VIH, y él me dijo que también estaba libre de ese virus. Mi error fue creer ciegamente a alguien a quien amé con toda mi alma, a quien fue el amor de mi vida y en quien yo confiaba plenamente.
Ahora veo y comprendo claramente de qué falleció. Él, sin duda, me lo han explicado diferentes médicos, falleció de sida, pero ni su familia ni yo sospechamos ni remotamente que esa pudiera ser la causa. Pero ahora lo veo con toda claridad: mi pareja me transmitió el virus antes de morir. Confié en él de forma ciega y siempre le dije que si alguna vez se acostaba con alguien más lo hiciera con protección y que me protegiera a mí, y él me dijo que así lo haría, aunque nunca pensaría en engañarme y menos en ponerme en riesgo.
Hoy día llevo ya mes y medio de tratamiento con antirretrovirales. Desafortunadamente, mi excesiva producción de moco y las dificultades respiratorias continúan. A veces, como que disminuyen, pero luego regresan con fuerza. Ahora mismo así estoy, así sigo. Los médicos infectólogos y otros están desconcertados, pues opinan que este padecimiento no es típico de los síntomas del VIH, y yo estoy desesperado, desconcertado y no sé si esto que padezco tiene que ver con el VIH en mi sangre; pero de todos los relatos que he leído, escuchado y de los que me han platicado, ninguno relata algo siquiera semejante.
Estoy desesperado y desconcertado. Sufro mucho por la excesiva producción de moco, todos los días, todo el día. Este padecimiento no es tan fuerte que me lleve a urgencias o que provoque la muerte, pero es tan molesto que no me deja vivir en paz, tranquilo, sano. No puedo tener actividades normales y trabajar con normalidad.
Tristemente, el día que me dieron el diagnóstico positivo a VIH también me lo dieron positivo para la hepatitis C. En realidad, todo esto me tiene mal, muy mal.
Por este medio les pido que me cuenten, que me digan si alguno de ustedes ha padecido algo semejante, por el VIH o por otra causa; e igualmente pediría que enlistaran, que relataran los síntomas que ustedes asocian al VIH y que escapen de los síntomas “típicos” asociados a este virus.
En teoría, no hay síntomas típicos del VIH, pero he leído varios de sus relatos y sí hay ciertos parecidos hasta en su duración; por eso pido hoy que hagamos esta lista de síntomas atípicos y sus respectivas duraciones.
Por otro lado, les digo que, gracias a Dios, no tuve fiebre ni bajé de peso, ni tuve otros síntomas que son más típicos, como ganglios inflamados, dolores de cabeza o gripas fuertes. Tal vez son más fuertes y más evidentes, pero pasan más rápido.
Gracias por su atención y que Dios nos bendiga a todos. Y gracias a gTt-VIH.