En junio del 2018 tuve una fuerte gripe (con amigdalitis, fiebre, dolores musculares), fui al médico y me recetó antibióticos para los cuales desarrollé resistencia. Fue horrible, me causó vómitos y diarrea. Tras otra visita al médico me sané de la fuerte gripe, solo que quedé con la diarrea, la cual me indicó que era por los antibióticos.
Pasaron los meses y esos problemas estomacales no se iban y de pronto comencé a tener otras dolencias. Me aparecieron unas ronchas en las pompis. Lo busqué en Google y por su descripción era herpes. Compré un tratamiento y despareció, pero al cabo de un tiempo me volvía a salir y desaparecía. Eso llamó mi atención.
En marzo del 2018 había tenido relaciones con un chico con el que no usamos protección por el calor del momento. Sacando las cuentas, 3 meses después tuve el periodo ventana que fue esa fuerte gripe. Me había estado tratando el cuadro diarreico sin éxito, por lo que decidí hacerme la prueba del VIH, la cual dio positiva.
Aún no lo creo, pero a Dios gracias siempre he sido muy bueno manejando mis emociones y he tratado de sobrellevar la situación y documentarme sobre el tema. Sé de personas que viven con el virus y se ven más sanas que cualquiera. En un inicio pensé en ir al sistema de salud público, ya que el tratamiento es gratuito en Panamá, pero por cuestiones de confidencialidad, preferí irme a un infectólogo privado, el cual me ordenó una serie de exámenes para ver mi carga viral e iniciar mi tratamiento.
Las diarreas eran causadas por levaduras en las heces (candidiasis). Ya me ordenó un tratamiento y mejoré. Estoy tomando en la actualidad tratamiento antirretroviral en un único comprimido. Afortunadamente solo los primeros 3 días estuve con una sensación rara, pero tolerable. Ahora solo tengo un zumbido en el oído derecho, el cual me dijo el doctor que desaparecería en un tiempo. Por lo demás todo bien.
Por otro lado, no se lo he contado a nadie y la verdad no tengo esa necesidad de hacerlo, por lo que creo que no lo haré por el momento.
Amigos, sé que no es fácil, pero documéntense, investiguen y en fuentes confiables, no todo lo que circula es veraz. Tomen sus medicamentos y continúen con sus proyectos de vida. El VIH ya no es una sentencia de muerte y tal vez en menos de lo que pensamos ya tendremos una posible cura o algún tratamiento que lo haga remitir. Fe y ánimos. Cuídense y cuiden a los demás. Ah y no se sientan comprometidos con revelar su estado serológico. Es responsabilidad de cada uno cuidarse. Abrazos.