Me gustaría contaros así, de forma breve, lo importante que ha sido el arte de escribir en mi fatigosa vida. En la escritura encontré, sin apenas darme cuenta, una ventana por donde escapar del miedo, de la incertidumbre, de la mermada salud y de un sin fin de sensaciones desagradables con las que he tenido que batallar.
Cuando escribo, descargo en mis relatos parte de esa historia siempre latente que envenena mis sueños. El arte de contar puede llegar a ser la medicina del alma, pues en los escritos puedes dejar aparcados los temores, las dudas, las ausencias, porque vas creando personajes ficticios capaces de ayudarte con tan pesada carga y a los que sabes de antemano que no puedes hacer daño.
En la revista anterior, el autor de uno de los artículos publicados hablaba también de la importancia de la literatura en personas con VIH y de tener un espacio en vuestra revista donde poder compartir esta inquietud que es de lo más enriquecedora.
Así pues, desde mi humilde afición a la escritura, me gustaría pediros que abrierais una sección, aunque sea chiquita, para contar y compartir cuentos, poesía, novela, teatro, etc.
Un abrazo enorme a todos los que hacéis que esta revista tense, cada vez con más fuerza, el hilo que nos une.