Un año antes yo me había realizado la prueba y había dado negativo, por lo que nunca sospeché que él portara el virus y continuamos nuestra vida en pareja, incluso nos mudamos a vivir juntos.
Hubiese querido que esto no terminara así. Perderlo para mí ha sido lo peor. No verlo, no tenerlo, realmente ha sido fatal. Quisiera volver atrás el tiempo y llevarlo a hacerse la prueba conmigo. Sin embargo no puedo.
El día que me llamó y me confesó que tenía el VIH mi mundo se volvió de cabeza. Todo cambió, lloré, me enojé… pero sobretodo sufría por la incertidumbre de lo que sería mi vida y la suya a partir de ahí.
Inmediatamente corrí al hospital para hablar con él y que me explicara los motivos por los que me ocultó todo. Ahí me di cuenta de todo el estigma que rodea al VIH. Tuvo miedo de decírmelo por temor a que lo juzgara o lo dejara. Sin embargo, yo jamás hubiera hecho eso.
Lo apoyé y comenzamos a hacer planes de nuestro futuro, de nuestra vida a partir del día que saliera del hospital. Dos días después me realicé la prueba, con miedo y muchos sentimientos. Al darme el resultado fue negativo. Ayer volví a confirmar estos resultados y esto me demuestra el amor que siempre me tuvo, cuidó de no infectarme. Aunque mi deseo más grande era que se hubiera tratado.
Hoy escribo esto como un relato más de muchos, pero para mí marcó un antes y un después. Si alguien más lo lee, le pido por favor que si es portador, se cuide, se medique y disfrute su vida, que tiene muchas personas que lo aman, que no se lo oculte a su pareja. Quizá esta no le comprenda, pero tiene el derecho a saberlo.
Aún siento el dolor más grande de perder a mi novio, estaba dispuesto a continuar con él, lo amaba como nunca antes, y estuve con él todos los días que puede. Pensamos hasta en casarnos cuando se pudiera en nuestro país, hoy ya no está, pero sus recuerdos quedan.
Sé lo difícil que debe de ser recibir un diagnóstico de este tipo, pero es más difícil ver cómo puede apagarse tu vida a causa de no cuidarse, créanme que lo ha sido. ¡Saludos!