Tomo el tratamiento para intentar vencer mi ansiedad

Jocy

¿Cómo me enteré de que tengo VIH? Tengo una hija de 4 años, porque me quedé embarazada a los 21. En ese momento me hicieron la prueba del VIH y salió negativa. Mi hija nació sana y yo estaba sana. El papá de mi hija no se hizo responsable, pero no me importó y seguí con mi vida. Cuando mi hija tenía 6 meses conocí al que ahora es mi esposo. Nos comprometimos cuando mi hija tenía 3 años. Él ama a mi hija como si fuera suya, es un buen esposo y nos comprometimos. Nos teníamos que hacer la prueba prenupcial y ahí fuimos a hacerla, emocionada porque me casaría. Nos entregan la prueba y nos dan la noticia… hagan de cuenta que me echaron una cubeta con hielos. Yo estaba muy bien pero después de esa noticia yo enfermé y la pasé fatal. Aun así, nos casamos, ya que nos amábamos. Nuestra familia (por ambas partes) no lo sabe, es un secreto que tenemos los dos.

Enfermé y me encontraba cada vez peor y con los ganglios linfáticos inflamados. Eso me pasaba unas 3 veces por mes y era horrible. Me salieron aftas en toda la boca, el apetito sexual disminuyó, no tenía ganas de nada, ni de cuidar a mi hija. Lo de las aftas me duró casi desde abril de 2020 hasta noviembre del mismo año y no me dejaba comer, por lo que bajé de peso. Además, tenía infección de garganta y mi estado de ánimo cambió al verme enferma.

Me puse triste y me negaba a ir al doctor porque no aceptaba que tenía esa enfermedad. Hasta ahorita, en pleno 2021, que acepté ir al doctor porque me había quedado embarazada, pero perdí a mi bebé a los 2 meses de embarazo. Eso me afectó fuerte, pero lo vi como una segunda oportunidad. Gracias a Dios, porque no podía permitirme tener un hijo enfermo y con sufrimiento sabiendo mi condición. Caí en depresión y ansiedad, todos los días lloro y sufro y acepté tomar el tratamiento como salida porque ya no sabía de qué otra forma podría curar esta ansiedad que me ataca todos los días y noches.

Mi esposo es otro caso. Él está más vivo que nunca a pesar de tener VIH. Él no sufre, no le pegó. Lo veo bastante bien, me da hasta cierto punto de coraje porque solo yo paso por eso. A él le platico mis sufrimientos, pero él no quiere hablar de esto nunca porque no quiere aceptar que lo tiene. A mí me pegó demasiado, hasta el punto en que pensé en suicidarme, pero mi dios es más fuerte y todos los días le pido a él por mi vida y porque tengo una hija. Me refugio mucho en dios.

Apenas hace 15 días que inicié tratamiento (mi esposo se niega a tomarlo, él no quiere ir al médico porque se siente bien) y me siento mejor de salud, pero la depresión y ansiedad siguen cada vez que veo la pastilla. A pesar de todo quiero vivir, amo la vida y deseo tenerla mucho tiempo por mi hija, sé que saldré de esto y sé que todos saldremos a delante.

Estoy pasando por un duelo respecto a la enfermedad, es un proceso y lo estoy aceptando. La pastilla me da mareos y dolor de estómago, pero en general estoy bien y espero seguir mejor.

Saludos y la verdad me gustaría hablar con alguien. Aún tengo dudas respecto a la enfermedad. Cuídense en estos tiempos de COVID, tomen su tratamiento y aquí estoy yo, ¡recuerden si dios nos dio una vida es porque podemos con ella!

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