Tengo mucho miedo, pero al mismo tiempo mucha fe en salir adelante. Me detectaron el VIH cuando tenía 26 años por miedo y falta de consejo no comencé a tomar los antirretrovirales hasta el 2 de noviembre de 2020.
En el 2020 comencé con un sangrado al momento de ir al baño. Siempre fui muy cuidadoso con mi salud, pero tal vez por el asunto de la COVID-19 no intenté indagar mi problema más a fondo. En fin… Todo resultó en un sarcoma de Kaposi desarrollado. Gracias a Dios tengo el apoyo de toda mi familia. Recién la próxima semana me harán la segunda quimioterapia para controlar el sarcoma. Muchas personas (médicos) me dicen que por mi edad estaré bien, pero es difícil, ya que la primera quimioterapia me dejó en cama
Estoy en etapa sida porque mis cd4 en diciembre eran 44. Todos los días solo le pido a Dios que me dé vida para devolver [lo que me dio] a mi madre, que es una guerrera. Sé que no muchos tendrán el apoyo de sus familias, por eso me inspiré en escribir esto. No esperen que sus defensas bajen, comiencen el tratamiento temprano para que su cuerpo aguante.
Mi cuerpo está débil y, en un inicio, la verdad es que sí sufrí mucho. No sé si fue por cómo se encontraba, pero los antirretrovirales me generaron muchos mareos, dolores de cabeza. Sentía que me quemaba todo, tenía pesadillas. A todo ello hay que sumarle el dolor del sarcoma, ya que comenzó como un problema gástrico, pero después de tantas tomografías resultó que también estaba en mi boca, pecho, pulmones y recto.
Doy gracias a Dios, ante todo, y no soy de los que van a misa todos los domingos, pero tengo fe y, para los que no crean en Dios, solo les diré que mi fe es lo que me ayudó en los peores momentos.
Tengo la enorme suerte de tener una madre que se desvive por mí, un padre cariñoso y un hermano a quien le dije mi estado antes de comenzar con los “retros”, del cual, para ser muy sincero, esperaba rechazo, pero solo me mostró amor.
Ya me hicieron la primera quimioterapia, pero tengo miedo de enfermarme de otra cosa. En dos días será mi segunda quimio. Por lo que he leído serán al menos 6 u 8. Tengo mucho miedo, no les voy a mentir, pero el amor por mi familia es lo que me ha hecho aguantar todo el dolor. que valga la pena decirlo ha sido mucho, tomaba analgésicos como si nada, rogaba por una inyección de antinflamatorio para que el dolor pasara un poco.
Desde noviembre de 2020 uso pañal y no sé si volveré a tener sexo y colgaré mis pañales. Después de mi primera quimio dejé de sangrar y comencé a botar materia (creo). Mi vida se congeló. Eso más la COVID-19, que se ha llevado a muchas personas inocentes.
Si alguien lee esto, de corazón le digo que, si tiene relaciones sexuales de riesgo, se haga la prueba. Yo sé que da miedo, pero a la larga es peor y, créanme que es algo inimaginable. Espero salir adelante, tengo tantas cosas por decir, pero comenzaré con esto.
Gracias Dios por darme a mi madre y espero tenerla muchos años más. Ella es mi roca y no se merecía pasar por esto, pero como ella me dijo, cuando me vio postrado, solo Dios sabe cuándo nos vamos. Si les detectan, son portadores o positivos [al VIH], cambien su estilo de vida. Yo nunca fui de fiesta ni bebía ni fumaba, pero tuve un problema depresivo que lo reflejaba con mi enorme apetito sexual. En una noche podía acostarme con 10.
Sé que debo seguir con los antirretrovirales y que me va a costar salir de esta, ya que no será de acá a seis meses, pero quiero vivir por mi familia y quiero ayudar a otros. Bien dice el dicho que uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde.
Espero que quien lea esto esté buscando ayuda o una luz de esperanza en alguna página como lo hice yo. Tomen sus antirretrovirales, cambien su estilo de vida (que no es nada fácil) y vivan, porque la vida es hermosa. A veces uno de joven y no valora eso, solo vive el momento y al final está arrepentido pidiendo piedad.
Sean agradecidos con su familia y con las personas en general. Les contaré como me fue con mis quimioterapias en el futuro 🙂