En la misma semana lloré por dos días. Mi mente me trabajaba a mil. Lo primero que hice fue dirigirme a un hospital para que me integraran en el programa de VIH. Aún no sé en qué etapa estoy, solo sé que estoy literalmente solo en esto.
Siento tanto miedo. Miedo al rechazo, a la discriminación… entre tantas cosas más. ¡Nadie lo sabe! Es mejor así por ahora.
Aún no me trato, ya que mi resultado de etapa aún no está confirmado, pero lo espero con ansias. Quiero estar bien, saludable, optimista…
Soy fuerte, pero hay veces en que pienso que todo cambió en mi vida. Y es así. ¿Este cambio será positivo o negativo? Es una pregunta que me hago todos los días.