Enseguida me extrajeron sangre para confirmar y ver el estado en el que estoy. Antes tenía miedo de la prueba rápida, ahora lo tengo del resultado de la prueba lenta.
No paro de pensar en que sea demasiado tarde. Yo me sentía bien hasta que supe el resultado. Desde entonces no paré de llorar y encima a escondidas para que mi familia no se enterase.
La primera noche me desperté sudando muchísimo y así los días siguientes, algo que no me había pasado nunca.
Esto es muy difícil y tengo miedo de la segunda prueba y que salga mal.