Tuve una pareja bastante posesiva y a que no le importaba qué o a quién tenía que sobrepasar con tal de conseguir lo que quería. Cuando sintió que yo ya no quería seguir con esa relación intentó usar la violencia. Sin embargo, lo más increíble para mí fue que un día llegó diciendo que yo le había transmitido el VIH. En ese momento me sorprendí y empecé a sospechar. Después de terminar dicha relación decidí hablar con mi médico para realizarme la prueba del VIH, que salió positivo.
Sin embargo, me dijeron que debían hacerme una segunda prueba. Siempre soñé que esa segunda prueba saliera negativa pero no, se confirmó el diagnóstico de VIH. Hoy, más de dos años después, aún siento que estoy cargando esta cruz y lo estoy haciendo solo. Nadie sabe que tengo VIH, ni siquiera mi familia.
Es difícil porque es complicado encontrar pareja ya que no me parecería ético engañar a esa persona en cuanto a mi condición. Siempre tengo que mentir sobre por qué debo ir constantemente al doctor. Sin embargo, después de dos años y de tantas caídas, aún tengo una esperanza muy pequeña dentro de mí, una esperanza de una vida normal.