No me dieron el empleo porque algo salió mal en dichas pruebas. Desde el momento en que me dijeron que no me podían contratar porque mis análisis no cumplían con las reglas de la empresa, lo primero que llegó a mi cabeza fue que tenía el VIH.
Me puse muy nerviosa y comencé a rezar. Fui a un laboratorio enseguida. Me tomaron una muestra de sangre, eso fue el viernes. Me dijeron que tardaban de 24 a 36 horas en obtener los resultados. Resulta que el domingo no trabajaban y el lunes en mi país era feriado. Fui el martes y aún no estaban los resultados.
En fin, esos días los pasé en oración. Visité la iglesia, le pedí fuerza a Dios para afrontar lo que viniera, le entregué mi vida y le hice la promesa de que fuera cual fuera el resultado, le serviría a Él y dejaría todas las cosas que a él no le agradaran.
Hoy, antes de ir a buscar los resultados, hice mi oración, llegué al lugar muy tranquila. En el fondo, sabía que era positiva al VIH. Me llamaron para un cuartito y me dijeron que había salido positivo en la prueba del VIH y todo lo demás.
Para ser sincera, no sentí nada, mi corazón no se aceleró. Dios me preparó lo suficiente para afrontar esto de la mejor manera. Confíen en Dios, aférrense a él y él les dará las fuerzas necesarias para salir adelante.
Recuerden que este no es el final, sino la oportunidad de un nuevo comienzo en Cristo, solo en él hay salvación y vida eterna. Dios les bendiga.