Lo apunto porque es importante la edad en este asunto, ¿no?, dado que no se es igual de fuerte a una edad que a la otra. En fin, el caso es que me diagnosticaron VIH hace menos de un mes: fuerte shock emocional, lógicamente, y búsqueda de ayuda inmediata.
Reaccioné bien, según parece, pues me lo tomo con tranquilidad y acepto bien el hecho de enterarme pronto, aunque no dejo de pensar en todo esto, nada de dramas, ni cosas así, templanza ante todo. Mi infección, existen serios indicios, fue hace ocho meses más o menos, pero parece que no tengo mucha suerte y mis CD4 están en el límite mínimo "permitido", 350, aunque la carga viral es baja aún, 14.000.
El caso es que están a punto de ofrecerme un tratamiento antirretroviral si el próximo conteo es a la baja. Ya veremos. Me dan miedo los efectos secundarios de la medicación, pero lo haré y a ello me enfrentaré si es lo que se considera necesario. Trataré de convencer a mi medico de esperar algo más de tiempo y ver si los CD4 suben.
Amig@s, a lo hecho pecho, me he expuesto al virus y éstas son las consecuencias; afrontarlo con dignidad y sin culpabilidad es lo mejor que puedo hacer, no pienso dejarme avasallar por esto, ni por nada de lo que venga. La guerra está declarada, serán muchas batallas, unas se perderán y otras, muchas espero, se ganarán. El fin de la guerra me llegará algún día, pero no pienso en cuándo será, ni cómo; sólo sé que terminaré luchando hasta que me canse y o me lleva él o me lo llevo yo, hasta que se acabe esto.
Eso me parece hasta divertido, será una guerra entretenida, y si todo va bien, será un disgusto largo y permanente, pero tranquilo.
¡Suerte a tod@s y a luchar!