Pero con el tiempo, comencé a sentirme mal. Empecé un calvario. Fui a un médico tras otro y con ninguno llegaba a un diagnóstico. Decidí hacerme la prueba [del VIH]. Me tomé tiempo para ir a por el resultado. Una mañana fui al médico y, al confirmarme el médico que tenía VIH, mi mundo, mis sueños y mis ilusiones se fueron al garete. Dejé la universidad cuando me faltaban meses para licenciarme como odóntologo. Me alejé de mi gente, de mis amigos, de mi familia y mis conocidos. Ya no salgo, dado que no tengo sueños por los que luchar.
A veces pienso que he construido una vida y que ésta se ha derrumbado. He dedicado una vida a estudiar algo que me apasionaba, ¿y hoy que hago?
Hay días en que lloro y no entiendo el porqué me ha tocado esto. Sé que fui descuidado o que confié demasiado en la persona que decía amarme. ¿Para qué amar y sufrir a la vez? Mira mi vida por el suelo; ¿mi sueño dónde queda?
Hace un mes me enteré de mi resultado [seropositivo] y aún lloro en mi soledad y silencio. Verdaderamente, esto me ha golpeado demasiado.