Es curioso. Tras un estado febril de tres semanas, le pedí al médico que me hiciera una analítica. En la misma salieron unos índices hepáticos muy elevados, por lo que, de inmediato, me indicaron que me realizara una serología. Tras consultar a tres médicos, parecía claro que tenía hepatitis.
Durante tres semanas -me cogió un puente de por medio-, me cuidé pensando que tenía esa enfermedad, pero mientras hablaba con un amigo, yo mismo saqué un tema: "¿Te imaginas que doy positivo al VIH?" Tres días antes de que me llegaran los resultados de la serología, una ecografía en la que mi hígado se veía perfectamente y mi bazo algo inflamado hizo que mi médico se decantase por diagnosticarme un citomegalovirus… algo muy positivo, según él. Así que me fui más contento que un ocho a casa.
Tres días más tarde, recibí la llamada de mi médico para que me dirigiera a su consulta, lo que me hizo presagiar que algo raro pasaba, ¡y así fue! Mis análisis daban positivo al citomegalovirus pero también al VIH (prueba de Western Blot incluida).
Es extraño. En ese momento pensé que el contagio me venía de mi actual pareja, pero… sus resultados fueron negativos (se realizó pruebas cuando a mí me comentaron lo de la hepatitis). Este viernes, unas nuevas pruebas que se hizo también le dieron negativo. ¡Me quedé a cuadros!; no por nada… Lo tengo todo asumido, pero ahora siento algo de pánico con mi novio. No me he expuesto a ninguna situación de riesgo en mi vida: siempre he utilizado protección en mis relaciones sexuales y tengo miedo de contagiarlo. Es la persona a la que más quiero… bueno, a excepción de mis padres. Ya sé que con protección es imposible, pero… ¡a mí me ha pasado!
Me imagino que, de momento, tengo que empezar a "madurar", a conocer más sobre estos "bichitos" que tengo… pero ahora, momentáneamente, prefiero mirarlo todo con cuentagotas. Soy positivo… (en los dos sentidos). Sé que me espera una vida plena, y que hoy los avances me ofrecen una vida de lo más normal… ¡Aún queda mucho por descubrir!
Siempre dije que lo que más miedo me daba en la vida era tener miedo… y ahora tengo un poquito, je, je. Sé que es normal. Siento una mezcla de furia, desconfianza, desamparo e incomprensión.
Admito que tengo ideas del tipo "¿qué pensarán de mí?" y cosas así. ¡Dios… a ratos me preocupa más que mi enfermedad no sea visible que el hecho de estar realmente sano! En mis momentos de lucidez, me siento patético al preocuparme por cosas absurdas cuando tengo algo tan importante a mi lado como el apoyo de mi familia.
Bueno, ya corto… ¡pero volveré!