Cuando recibí mi diagnóstico [VIH+] mi mundo se acabó, se oscureció, no encontré ninguna salida. Soy apuesto, o al menos eso dicen, y me sentía tan mal y arrepentido de la vida que escogí… Me lamenté más de una vez, fue horrible. Perdí mis estudios. Me intenté suicidar 3 veces. Estaba solo.
Se lo conté a mis amigas que, en ese entonces, eran mis mejores amigas. Me traicionaron, se lo contaron a mis vecinos cercanos. Todos sabían mi verdad. Fue tan triste ver cómo la gente jugaba con algo tan delicado… Me volví adicto a las pastillas ansiolíticas. Las tomaba todos los días. Mi cabeza estaba negra.
Me volví una persona que no conocía, solo lloraba, me lamentaba. Me autolesioné más de una vez. Tengo mis brazos y piernas cortadas por la depresión que tenía. Lo superaba e intentaba siempre salir adelante, porque yo siempre me caractericé por ser una persona feliz. Pero cada vez que salía adelante, venían comentarios y cosas que la gente hablaba.
Algún tiempo atrás, no recuerdo, con la ayuda de los médicos, superé todos mis miedos en el hospital, me ayudaron mucho, sin entender y pecando de ignorante. No entendía, yo pensaba que mi vida se había acabado. Fueron dos años de dolor y sufrimiento. Ya con 23 años y mucho más maduro que el primer día de todo esto, llegué a ser indetectable. Ya podía sonreír mágicamente al acordarme de mi condición. Ya no sufría, ya no me dolía.
Actualmente vivo feliz y me cuido. Volví a ser yo. Me hice algunos tatuajes. Me dijeron que mis examigas se ríen de mi diciéndome sidoso o que me ven bien y hablan sobre mi problema. ¿Pero a quién le importa tu vida más que a ti? Me siento tan contento por ser la persona que soy ahora… ¡Esto me hizo mucho más fuerte!
Quiero dejar mi historia para que nunca decaigan. Esto no es lo peor, hay enfermedades peores. Con la fe y convicción de que estás bien, nada más importa. ¡Lo que diga la gente no importa! Solo tú decides ser feliz.
A todo esto, decir que mi expareja también se lo contó a todos mis amigos. Estuve destruido en el mismo suelo con un pie en la tierra y el otro… Pero mírenme, ahora soy más fuerte que nunca. Nada me puede afectar, soy una roca.
Que nadie, ni un examen, te quite tu felicidad.