Yo soy donante de sangre y siempre he sido muy responsable en mis relaciones sexuales. Le pregunté si estaba bien. Se lo pregunté abiertamente. Me dijo que estaba bien. A las tres semanas, me confesó que era portador. Me estremeció, me dolió.
Fui a urgencias. Tomé un tratamiento de profilaxis. Ha sido muy duro. Mi familia está a mi lado y mis amigos. Incluso él. El médico me ha dicho que todo irá bien. Que soy un chico sano sin ETS, que la carga viral de mi compañero es indetectable, que no estuve en contacto con el semen de él. Que el vih no es tan fácil de adquirir…
Estoy triste. Quiero ser más fuerte. Queda una semana para la prueba. Y sólo quería gritarlo. Aquí. Ahora. Estoy muy triste. Decepcionado.